28.4.05

el líder estudiantil (re: huelga UPR)

esos muchachos que se dejan los pelos largos, que se ven tan sexy con sus chancletas de cuero y las mochilas llenas de libros de poesía simbolista y manifiestos pero son todos hombres, las muchachas tenemos que mirarlos, admirar su elocuencia, su capacidad para las palabrotas y los ismos, sus inventos científicos, sus tratados de paz, su secreto placer por la violencia, a veces no tan secreto y manifiesto en sus relaciones íntimas y públicas, su placer por las discusiones acaloradas, por las inflexiones de su voz cuando se agitan, por sentir que se le brotan un par de venitas en la frente, se ven tan sexy, sudados de tanto hablar en voz alta, de tanto repetir las ideas de los mejores filósofos alemanes, los más infieles, los más irresponsables, montando bicicleta para no contaminar, abrazando árboles en la avenida, pintando los techos de los edificios con consignas en cursivo para que las vean los turistas que llegan en avión, tan derechitos, así con su caminar despreocupado, de muchacho que no le importa salir despeinado de su casa, porque la teoría del color es un embuste inventado por burgueses, contradiciendo la lucha con la casa, el culo y la pestaña, marx y jesús, descombinado, tan lindo con su look que compró despreocupado, tan seguro de que tiene la razón y nadie más, por eso se oponen al aborto y los condones, tan naturales ellos, tan armoniosos con el cosmos, tan simpáticos, tan liviano su sentido del humor, y por qué insistir en que de vez en cuando le pegan a sus novias, o que prefieren a una nena que parezca una hippie de película, rubita y todo, tan esbelta tan natural tan buena madre, tan buena cocinera, tan pura que siempre se pone ropa blanca, tan arregladita, revolucionarios, hijos de los hijos de los hijos de betances, con un primo cubano familia de fidel, sus apellidos de alcurnia, su pelo largo dando de qué hablar a la familia, el chisme de la aristocracia nacional, la opinión pública, el nombre que aparece en el periódico, tan sexy, qué lindo salió en la primera plana, tan hombre nuevo, el líder estudiantil

27.4.05

Puerto Rico más chiquito que el ojo de un mime

La verdad es que PR es chiquito con cojones. Hay gente que dice que todo el mundo tiene six degrees of separation entre unos y otros, es decir, que si nos esforzamos mucho, siempre vas a encontrar que eres el amigo del amigo del amigo del amigo del amigo del amigo de la persona que acabas de conocer. pero en el caso de Puerto Rico esos seis grados son verdaderamente uno y medio. En estos dos días conocí a dos personas por casualidad y hasta me asustó saber a cuantas personas teníamos en común. Tal vez sea trampa que los dos son de 'la escena'. O sea que se mueven en círculos de artistas y artistas wannabes (pintores, poetas, teatreros etc.), mayormente en San Juan. Pero el colmo de los colmos fue cuando uno me habló de una nena, ahora una mujer, supongo, que había sido mi PANA en pre-kinder. Obviamente yo no sabía nada de ella desde entonces, pero ahora me hace todo el sentido del mundo que nos lleváramos tan bien en esos años. Me enteré de que es teatrera, o sea, que lo del arte lo llevábamos adentro sin saberlo.

Eso. Sé que decir esto tal vez no lleva a ningún lado. Es sólo una curiosidad. Pero siempe me sorprende y me alegra darme cuenta de que todos estamos unidos de alguna u otra forma y esto tal vez haga nuestros proyectos más posibles.

26.4.05


id de mi padre Posted by Hello

¿dónde está mi padre?

este es mi padre. o este era mi padre hace 25 años (el style y el bigote frankie ruiz delatan la ochentosidad). hace quince años me dijo que vendría a verme todos los meses. todavía lo estoy esperando. mi familia sólo dice que está “allá afuera”, yo, por el contrario, tengo tres teorías:

a) está preso
b) está loco en un hospital
c) está tecato en algún semáforo

quiero verlo. ¿lo conoces?

25.4.05

abuelo


abuelo murió hoy.

abuelo. es un poco triste escribirte algo que no puedes oír o leer, pero anoche, de casualidad o no, antes de dormir leí los últimos capítulos de El Principito, y cuando mami me llamó esta mañana para avisarme de tu muerte recordé a la serpiente y eso me reconfortó un poco. Pensé en el Principito diciéndole al aviador que no fuese a verlo parecer que sufre, pensé en el Principito regalándole al aviador un cielo con estrellas que saben reír. Entonces supe que era mejor recordarte lejos de tu cama, o que si me diese con recordar tu cama fuera solo para pensarte en la siesta sagrada de las dos, con todas las ventanas cerradas. Hice un inventario de los objetos que te mantendrán vivo en la memoria, porque los objetos también definen a las personas cuando ya no están.
En algún momento te creí invencible, abuelo. Hecho del mismo metal de la grapadora de tu escritorio. Amarrado a la vida con un nudo de hilo de pescar como el cepillo con que peinabas tus cabellos (con el mismo recorte que llevabas desde que te conozco). Pero ahora sé que hasta las ceibas mueren y que eso también es parte de la vida. Que nos preparaste para tu ausencia a tu manera. Y aquí estamos, rodeados de objetos y rituales que repiten tu voz, tu identidad como un eco: las montañas de revistas médicas en cada esquina de la casa, las uvas verdes en las góndolas de los supermercados, el sonido del teclado metálico de una maquinilla, la brocha de enjabonarte la barba, bolitas de algodón embadurnadas en alcoholado, una cajita japonesa que trajiste de la guerra, una caja fuerte con todos nuestros documentos importantes, camisillas blancas, guayaberas, la máquina de cortar grama los domingos, el alternador de un carro, el arroz chino, la taza de leche descremada con media cucharadita de café instantáneo cada mañana, un banco de madera hecho por ti. Tantos objetos que seguirán repitiéndote en la vida cotidiana aunque tu cuerpo, como el del Principito, se haya ido al planeta de procedencia.
Yo no soy religiosa, abuelo. No creo que quiera serlo nunca. Mi espiritualidad radica en otras cosas más mínimas, más de todos los días. Pero tal vez sea lo mismo decir que me alivia haber leído nuevamente el capítulo final del Principito la víspera de tu partida, que lo esencial es invisible a los ojos, que aunque no pueda ver más tu cuerpo (guiando el carro vino, el carro azul, leyendo sobre mi dolencia más reciente o peinándote las canas) te quedas en todas estas cosas que acompañan mi pensar en ti.

El Principito, Capítulo XXVI: http://www.microtop.com.ar/lepetitprince/capitulo26.html