¿Quién quiere ser una mujer cuando se puede ser un héroe?
Mónica Volonteri
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La mujer es la guía a la aventura sublime de la aventura sensorial. Los ojos deficientes la reducen a estados inferiores; el ojo malvado de la ignorancia la empuja a la banalidad y la fealdad.
Joseph Campbell
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Hoy voy a traicionarme. No voy a decir lo que quisiera. No voy a reaccionar como debería a esa lectura. No voy a dejarme guiar por la desazón que me provoca encontrarme desmembrada, imbécil, vencida, objetivada entre los folios de aquel libro. No voy a investigar las fuentes necesarias ni a buscar ejemplos. No voy a contradecir al profesor. Voy a adaptarme mansamente a su discurso. Sumisita, soñaré con la posibilidad de disfrazarme; de ponerme el arquetipo, la armadura, como si éste fuera a acomodarse a mi cuerpo de mujer y hasta a mis gestos. Pero, si yo soy el héroe, si puedo ser el héroe peregrinando curiosa a través de las etapas de su inherente viaje, ¿puede también acaso, él, ser la pobre mujer del arquetipo, destinado a ser culpable, mudo, superficial, derrotado?
¿cómo será la aventura de la héroa?
1 comentario:
(Lo que sigue a continuación es el nombre del ensayo que hice a propósito del libro. E incluye afín al viaje de una heroda, el tarot. Por eso la tendida)
TENDIDA A CUATRO MANOS
Ensayo aplicado y en exclusiva, a la primera parte del viaje del héroe descrito por Joseph Campbell
El resto del círculo del viaje está aún por verse.
Y también está por verse, qué sucede si el héroe es, como extrañamente en este caso, una mujer.
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