28.11.07

reescrituras

Para reescribir a La Maga tengo que ser terca, necia, y sobretodo, honesta en el gesto de mirarme a mí misma. No porque yo quiera ser La Maga, si no más bien, porque tengo la certeza de que no lo soy. Tampoco Mara es la Maga cuando le escribe un poema a David y él no sabe, o no puede, o cree ciegamente que lo sabe todo sobre el corazón y la psiquis de Mara, tampoco ella es La Maga aunque las vocales de sus nombres son las mismas. Este será un libro disperso, porque hablará desde todas las coordenadas dérmicas desde las que podría nacer la voz de una mujer. Perdonen mi desbande de estos días, a veces la virtud no tiene que ver con la consecuencia, que tampoco tiene que ver con la acción de ser consecuente, aunque la raíz de ambas palabras sea la misma. Esta será, inevitablemente, una historia de parecidos y desencantos, de borradores, de manuscritos. Seguro el secreto lo tiene Edith Aron, la chica alemana que fue novia de Cortázar, a quien vio por primera vez en el trasatlántico que los llevó a París, en quien Julio se inspiró para escribir al personaje. Pero ella también insiste en que La Maga no es ella, aunque Cortázar tomó episodios de su relación para escribirla. Yo no quiero escribir sobre Edith. Quiero escribir sobre La Maga, sobre las fisuras que alejan a la mujer posible de la mujer que se imaginan las cabecitas locas de los hombres, flor o pajarito. Y sin embargo, escribir sobre La Maga de Cortázar (literalmente sobre ella, por encima, borrándola un poquito para reinventarla) es escribir inevitablemente de Cortázar, y escribir de Cortázar, lo sé y me arriesgo, es esnob y pretencioso. Sin embargo, escribiré de Cortázar sin conocerle demasiado, como hubiera dicho él que hubiera hecho La Maga que se imaginó, lanzándome al mar del personaje desde la intuición, desde mi relación emocional con ella, desde el vacío y la náusea ineludible que me provoca siempre esa lectura. Seré irresponsable, mala madre, loca, inconsciente, irrazonable, azarosa, libertina. Voy a reescribir a La Maga sin saber casi nada de Cortázar, sin investigarle a él mucho más allá de la superficie de las páginas de mi copia robada de Rayuela. Soy una loca, releer ese libro es ya una autoflagelación.

habla la bruja

Ya no sé, no recuerdo muy bien cómo ni desde cuándo comencé a comer niños. En los cuentos nunca dan detalles de mi origen, todo el mundo se conforma con que soy simplente la mala. Pero tal vez ustedes tengan curiosidad por saber qué me pasó, porque yo también fui niña alguna vez. Ahora que los veo llegar tan asustados, perdidos en el bosque, tengo la desgracia de empezar a recordar esos años oscuros en los que me escapé de casa. Mi padre era malvado, horrible. Quizá yo heredé algo de lo mezquino que él llevaba en las líneas de la mano. Caminé por días y nadie me ofreció asilo. Que conste que ustedes tienen suerte y pueden venir aquí y comer todo el dulce que se les antoje. Al final llegué a casa de una tía soltera que vivía en este mismo bosque y me enseñó a hornear estos postres deliciosos que ustedes no paran de comer. Un día salí al pueblo y un niño me mordió en el mercado. Tenía la boca llena de espuma y me contagió la rabia. Mi tía me curó los síntomas, pero se me quedó instalada en el corazón esta ferocidad incontrolable. Lo siento niños, no me conmueven sus piedrecitas ni sus torpes migas de pan. Sus padres ya deben estar celebrando su ausencia. Nadie extraña a niños tan pequeños. Y yo, con ustedes voy a hacer un festín mejor que cuando me comí a la tía. Ella estaba vieja, tenía el cuero duro. Pero ustedes son tiernitos, comeré delicioso por un mes. Ya verán, niños idiotas, ¡de mí no se salva nadie!

25.11.07

poema largo de este domingo

la piel, esquiva, se pierde en la espiral ausente de la luna llena.
ando huérfana de piel,
con un montón de hermanas huérfanas con su voz dulce o su voz ronca,
actuando fieles su papel de hermana.
creo que tengo fiebre y me quejo.
quiero decir lo que oculta el verso que no aprende nunca a verse en el espejo.
la luna llena no da explicaciones para salir sola. por ejemplo.
por qué la noche espanta a veces a los niños.
por qué tiemblo.
por qué hay algunos que son más fuertes que otros.
quiero decirle a todos largo. estuvo bueno. ya.
no quiero que me pregunten qué me pasa
y tener que dar explicaciones de mi miedo.
hoy respiro con dificultad, pero esto rompe
enfermarse, quedarse sola,
reconocer el vientre acostado de la lentitud del tiempo.
da miedo, se los juro.
a veces lo mejor es volver con la cola entre las patas, me pregunto.
es atroz haber vivido tanto y tener todavía dieciséis y ser tan muda,
tan ingenua, hacerse castillitos en el aire de desayuno cada día,
a veces soy tan optimista.
diciembre está a la vuelta de la esquina.
hoy llamó mi madre y me preguntó si vamos a volver.
yo no quiero. y sospecho amargamente que él tampoco.
sin embargo, el mundo es mucho más que mi casa y sus esquinas limpias esperando,
mucho más que la nada que invade los silencios,
tan llenos de absoluto, casi todos.
hay cosas de las que no se habla los domingos, nombres omitidos.
vuelvo a caer en la parte inferior de la pecera de mi rutina
(la rutina torpe de mi corazón).
el peligro del sereno se me instala en el pecho,
yo no quiero ser esta araña solitaria, me digo,
por eso no debo aprender a tejer.
me senté a escribir afuera y una vecina se espantó de mi silencio en la penumbra.
estoy huyendo, ustedes pueden irse, hoy soy un puente roto.
este esfuerzo, esta máscara, a veces me destruyen los sentidos.
tengo los pies fríos pero quiero andar descalza.
debería irme de paseo. decir no estoy.
hay tanta cerveza en la nevera todavía.
el loco del tarot se impone.
yo no sé nada de libretos de teatro.
si algo entra tarde por la puerta mi estado de ánimo sería errático y festivo.
ustedes están aquí, pero yo insisto, estoy tan sola.
de vez en cuando soy injusta y ciega.
no quiero mirar la puerta.
no quiero que la espera se acomode entre mis huesos impacientes.
no quiero depender como una loca del oráculo.
no estoy lista para la mentira de los hombres y sus besos de despedida.
la boca siempre se parece más a una puerta que se abre.
estoy a punto de llorar, no puedo evitarlo.
quiero ser feliz, desentendida,
pez en el florero, rayito de sol a través del tragaluz.
voy a recitar poemas porque si se me quiebra la voz importa menos.
dejé la luz prendida porque quería que vinieras.
hay demasiados cigarrillos en mi vida
y días en los que necesito menos humo y más caricias.
odio a la gente que se besa en medio de la calle.
las palabras semen y saliva me dan rabia
(mi rabia es el tímido disfraz de mi deseo.)
cuando el perro del vecino ladra sufro un sobresalto.
quiero gritarles que se vayan, estoy a punto de llorar,
estoy a punto de morderme la vagina hasta que sangre.
respiro hondo. el aire no me llega al corazón.
cada día desaprendo la fuerza necesaria para sobrevivir intacta el desencanto.
por suerte hoy tengo esta tos como pretexto.
toso, agarro aire de puntitas, con suma dificultad.
sé que esta noche voy a llorar mucho y a dormir mal.
hoy todos los poemas me hacen llorar y tengo preocupaciones de dinero.
temo que pueda romperme en pedacitos.
mi dolor es tan precario que me da pena decirlo,
por eso mejor no digo nada.
este es el poema triste de una vez al mes.
sudor y sangre.
yo no tengo niños muertos en el registro de mi vientre.
siempre tuve mucho miedo a la enfermera, a las agujas, al bisturí.
también tuve el mismo amante demasiado tiempo.
cuando sus besos olvidaron la pasión dejé de serle fiel.
quise ver el mundo pero el mundo me enseñó los dientes.
todavía evito los abortos.
tal vez por eso me faltan los amantes,
aunque mis nalgas erguidas parezcan todavía
las de una adolescente caliente y caribeña.
perdonen que hoy no diga nada y de momento abra la boca
para vomitar poemas que se pierden
en la temeridad de mi garganta enferma y de mi flema.
hoy no tengo voz.
se me rompe de las ganas de besar a un hombre que me toque el pelo
hasta que duerma.
por eso me da miedo que mi madre me pregunte algunas cosas.
el tono de su voz es el espejo cruel de mis monstruosidades.
ya no puedo, ya no voy a poder.
necesito la piel del horizonte.
decir vámonos de viaje y que me digas: nos vamos esta misma noche.
me aterra el desencuentro y quiero una voz-- aquella.
en estos días me masturbo demasiado.
ya casi es diciembre y recuerdo que no sé dormir sola aunque lo intento
cada noche.
entra luz por las ventanas de aquel cuarto en el campo
y revienta la cama de agua estéril en donde hicimos el mejor amor,
aunque nunca tuviéramos que deshacernos de los hijos feos
que ninguno de los dos quería.
tengo rencor, tengo tristeza.
tengo el pecho lleno de mocos y los costados de la nariz en carne viva.
les repito, es mejor que se vayan, pero no soy capaz.
los arcos de mi casa nos enmarcan.
no tengo pies ni cabeza, mírenme llorar de nuevo.
soy un foco de infección y de contagio.
no tengo disfraz para los desconocidos.
hace tiempo que no lloraba. tengo rabia.
mis lágrimas de rabia son feroces, no saben controlarse.
llevamos horas aquí y no queda paciencia
para oír a nadie echar su tierna carcajada.
hoy no vino la ternura.
sólo despierto el pudor de los borrachos.
pasan tantos silencios en tan pocos días.
tengo rabia y voy a seguir llorando.

24.11.07

la mirada

mi cuerpo ha sido siempre un otro
que miro desde mí, de reojo y con recelo

mi mirada severa compite
con la violencia de los hombres en la calle
con la sorpresa pudorosa de las monjas
con la pícara curiosidad de algunos niños
con el juicio inevitable de los ojos de mi madre
con la condescendencia extrema de las amigas
con la mentira inversa y bidimensional de los espejos

la mirada, la mía
es distinta a las demás, las otras
de mis mis ojos juzgadores

soy mi testigo

mi cuerpo se rebela contra mí

y yo me miro
atroz y fascinada

22.11.07

aniversario

una no siempre tiene algo que decir, aunque haya pasado un año aprendiendo tantas cosas sobre la bondad de los desconocidos, sobre el poder que oculta la cueva de mi sonrisa:

adentro del temazcal renové todas las palabras, en el desierto me enfrenté a la ferocidad de mi animal, la ciudad se rebeló (no podía ser de otra manera) como un laberinto de magnitudes oceánicas, el pacífico fue hermoso pero hostil, con su atroz cadena alimenticia desdoblándose en la orilla. aprendí la lentitud, la paciencia y el silencio, aprendí a valorar la magia de la convivencia cuando una llega sola de noche a casa y tiene necesidad de usar la voz.

con un reloj de arena entre las manos, a veces tengo el control del universo, de sus horas, de las estaciones y los climas, aunque otras veces soy solamente un cachorrito frágil y torpe, que quiere comerse todo lo que encuentra, aunque no pueda.

19.11.07

extravíos

estemesnoheescritopor:

elisa fernandito altar de muertos morelia tzintzuntzan santa fe de la laguna patzcuaro puentes de infiernillo sobre la cuenca del río balsas playa azul la soledad caleta de campos nexpa maruata faro de bucerías pichilinguillo carretera libre de lázaro cárdenas a uruapan plantaciones de marihuana el rojo el grande cuernavaca leticia servín mauricio díaz el hueso alejandro chávez carlitos las mañanitas pie de manzana hecho por tere fiesta de cumpleaños número uno con salmón tostones mojito las mañanitas magic brownies bellas artes mujeres poetas en el país de las nubes mara pastor josé jorge david aguilar eco la libélula fiesta de cumpleaños número dos luces nuevas en casa de lauri las mañanitas cheesecake de zarzamora guitarras poesía beso taller de encuadernación animal fiero y tierno las mañanitas pastel de chocolate gondwana cultura profética hachís backstage maldita vecindad ely guerra vanya arena méxico residente calle 13 lucha libre el místico backstage cerveza cerveza cerveza afterparty última semana de clases tanta tanta tanta magia

mujer mar

Anaïs Abreu


Para Nicole, mi hermana del alma.

Mujer de pies pequeños
de pies amantes que buscan otros
para vencer el frío
ya son tus dedos que extrañan el calor
ya son tus dedos peces que anhelan el agua
mujer te ofrezco estos dos enamorados
citadinos y friolentos


Mujer de pies de perla
mujer de mar
ya eres tú todos los mares
todos los azules profundos
todos los claros

mujer ya es tu voz maternal de sirena
la que cobija y abraza

mujer, que Tritón enamorado no te lleve
que nunca te vayas

eres el recuerdo de mi mar predilecto
tu palabra es el sonido del océano
eres mi caracol en el oído

te pido que nunca te vayas
soy yo en la playa quien te admira
quien observa todas las olas que eres
toda la sal
toda la arena

las estrellas de mar son tus ojos
que iluminan las calles grises
de domingos por la noche

mujer pez
mujer erizo
mujer caracol
mujer ola

mujer que eres todos los mares
los rabiosos
los quietos
los de brisa que cambia todo
y tu me has cambiado todo



Yamanyá
Sedná
Anfitrite
eres todas ellas y te invocó
puedes ya inundarlo todo
con tu llanto y tu risa
con todos los besos que alguno te robe
con todo el mar de tu saliva

los caballitos de mar te ofrecen el lomo
para que tus pies descansen

las algas te rinden pleitesía

mi ciudad te ruega que lo mojes todo
hasta el rincón más escondido

anda mujer, te pido no te vayas
que tienes todos los mares
en la punta de la lengua.