24.5.12

Centroamérica en los 80s




Pasó la guerra por el pueblo
y dejó su saldo: 587 muertos
700 niños huérfanos
30 toneladas de escombros
y 13 poetas.

fogata


En el fuego nadie recuerda su pasado.
Una de dos:
Se crea la nada o el todo se destruye. 

Y  SI NO LLEGA LA MAR A TU GALERA
AGUARDA SIN PARTIR Y SIEMPRE ESPERA
QUE EL ARTE ES LARGO
y ADEMÁS
NO IMPORTA
Antonio Machado, Consejos

(anotación copiada de la libreta de un amigo
Panajachel 2010)

Recuerdos del DF: línea B


En el metro, Francisco Medina, obrero de la construcción, me dijo (mirándome escribir) que no tuviera miedo de la escritura ni de mis pensamientos, aunque fueran diferentes. Él no sabe que fue invasivo, que su gesto platicador o solidario o empático movió mis aguas, perturbadísimas. Él no sabe que a veces tengo miedo de mi escritura y del pensamiento.   Yo escribía en ese momento: ¿quién vendrá? Y luego no está uno nunca preparado. ¿Cabe Francisco Medina en tu escritura?, preguntó Francisco Medina. No, le dije yo, buscando la mirada de los otros. Cuando se bajó del vagón y estuve segura de que había quedado lejos del perímetro donde me siento segura, escribí su nombre: Francisco Medina. 

Una mujer que a los 30 años descubre puertas en el ruido de su genealogía. Una mujer que empieza a diagnosticar sus voces: una familia llena de mujeres solas, misteriosas, ella ha elegido el viaje por encima del amor. Ahora descubre un montón de mujeres con el cuerpo recubierto de pudor y vergüenza, desconectadas todas las aristas posibles del placer. ¿Por qué dormían en camas separadas abuelo y abuela, cuál dimensión solitaria del amor estaban habitando, cuál entrega católica se escondía en sus gestos de absoluto compromiso? (A mi abuelo, la artritis le impidió volver a quitarse su anillo de bodas).

Ya basta de mujeres tristes cargando en el ombligo todo el desconsuelo de cada terremoto toda la ansiedad del mundo.