26.9.13

jazz


es necesaria
esta forma de hacer arte con el cuerpo lleno de placer
sólo ahora
empiezo a probar esta ciudad como se debe por las tardes
aunque me presione
el dinero terrible del fondo monetario internacional y la mordida del neoliberalismo
en mi familia más nadie oye jazz
estas malas costumbres no son heredadas

cáculos


hace poco calculé mis menstruaciones
dieciocho años por trece veces
234 menstruaciones menos las que me atrasé
seguro he sangrado más de mil días más todos los que faltan
después que nadie se atreva a decir que las mujeres somos débiles
me pregunto cómo se puede sangrar tanto y ser todavía generosa y solidaria
puede decirse de mí: sobreviviente de sangrado terminal
y eso tal vez me capacita para pelear las guerras más atroces del día a día
hora pico del metro en estación hidalgo
taxi pasadas las dos de la mañana
reproche familiar desencantos amorosos
calendario y  burocracia y atraso y menstruaciones

9.9.13

con razón

El año pasado empezó en El Salvador, estuve en la Feria del Libro de La Habana, regresé a El Salvador, crucé Guatemala para ir a México, vacié mi casa en San Cristóbal de las Casas, estuve en Xalapa, acampé cerca de Papantla para ir a un concierto de Björk cerca del Tajín, pasé unas semanas en el DF, mi ciudad favorita, todo esto antes de abril, regresé a vivir a Puerto Rico, fui a trabajar a California dos veces,  viajé a Santo Domingo con Xavier Valcárcel y Cindy Jiménez y leímos poesía junto al legendario Homero Pumarol, di decenas de talleres de escritura, teoría literaria, y edición de libros a niños, maestros y jóvenes, tuve muchos trabajos, estuve en el Festival de la Palabra, conocí Berlín (mi segunda ciudad favorita) gracias a la poesía, leí en la Latinale junto a poetas que respeto mucho con traducción al alemán, conocí Ösnabruck, pasé mi cumpleaños en Amsterdam con el pastel de chocolate más rico del mundo y luego visité a Tila y Tom en Oxford, viví el amor intensamente, fui a una boda en la Florida en diciembre y volví a creer en la magia de la Navidad gracias a la tradición de las promesas de Reyes Magos. 
Este año ni viajes, ni poesía, ni amor, ni trabajo, ni nada. Con razón estoy tan deprimida.