18.5.09

a la izquierda del roble

esta tarde me senté debajo de un árbol en el bosque de chapultepec a mirar por debajo sus ramas. es una costumbre que tengo desde hace tiempo. y recordé inevitablemente aquel árbol de mango que me gustaba tanto en mayagüez, a donde iba a escribir y a fumar por las tardes después de salir de clase. por alguna razón, siempre asocio el recuerdo de ese árbol con Mario Benedetti.


después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros*

en aquellos días, entre consignas de vieques sí marina no, encontré miles de cosas en su poesía simple y sabia. hasta las palabras de amor sonaban justas y decibles en sus poemas. quise decirle a muchos hombres no te salves. y diseñé tácticas y estrategias amorosas que nunca funcionaron demasiado. incluso, le regalé una copia de 'inventario' a un muchacho que me llevó a pasear en lancha por los manglares de la parguera. tiempo después, otro novio me recitaba por teléfono a la izquierda del roble y asunción de ti. y yo, en medio de la nieve, soñaba con tatuarle poemas de saliva en el jardín botánico para que Benedetti pusiera palabras a nuestros besos clandestinos. todo eso pensaba hoy, curiosamente. quise tener a la mano sus poemas, y leerlos otra vez en voz alta bajo un árbol del parque, quién sabe por qué.

mucha gente me ha dicho en distintos contextos que su poesía está plagiada de lugares comunes, que es un cliché. pero a mí nunca me ha dado vergüenza conmoverme por las cosas simples. creo que eso es de lo más maravilloso que tiene la poesía: hablar del lugar común y que siga estremeciéndonos. para mí, Benedetti fue un maestro. quisiera algún día llegar a escribir poemas así, de esos que hasta los taxidermistas se aprenden de memoria.

siempre quise conocerlo, ser su amiga. llegar hasta Montevideo, entrar en su casa, rebuscar en sus cajones, leer su correspondencia. pero murió hoy. por suerte fue tan generoso que dejó miles de palabras importantes.

gracias Benedetti, por tanta poesía plena y lúcida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este hombre escribió uno de mis caprichos más ocultos.

Como actriz frustreitor que soy, tengo clara una sola cosa:

Algún día seré Pedro y alguien será El Capitán.

marielkis dijo...

en cuba dirían: qué tiene que ver el c... con la llovizna; pero el lunes no tuve hambre ni sonrisas. regresé sin embargo a rincones lejanos donde un poco bajo la influencia de los 12 años descubría antologías de poesía latinoamericana en la biblioteca que clandestinamente intercambiaba libros por mangos a través de las ventanas que daban al patio de la casa. benedetti lo sabía y nunca dijo nada; qué buen cómplice.

Yarisa Colón Torres dijo...

"mucha gente me ha dicho en distintos contextos que leer a Bendetti desdice de mí"...me hizo revirar esta oración. wow.

veo en ella una suma (me han dicho) y una resta (desdice de mi)...ja,ja: esa gente se cree que aporta/suma a tu vida al restar al Benedetti

...eso me huele misma la arrogancia literaria que no pudo con él!

Desdice: Qué bella palabra!

Yarisa Colón Torres dijo...

"mucha gente me ha dicho en distintos contextos que leer a Bendetti desdice de mí"...me hizo revirar esta oración. wow.

veo en ella una suma (me han dicho) y una resta (desdice de mi)...ja,ja: esa gente se cree que aporta/suma a tu vida al restar al Benedetti

...eso me huele misma la arrogancia literaria que no pudo con él!

Desdice: Qué bella palabra!