a esta edad, en estos días de masturbación compulsiva y guerra mundial y depresión tecnológica quisiera saber si el ocio mío hace daño a la humanidad si debería estar ocupada en una oficina y no sumida en este estado de profunda contemplación (todavía no poesía, para eso falta). tengo sueños idiotas que revelan la paranoia simple y animal de mi corazón celoso e inseguro, leo torpemente las noticias sin poder concentrarme mucho, repaso mis bandos, mis valores, mis maniqueos blancosnegros, un lápiz y un papel me dan vergüenza, paso horas formulando la pregunta, la correcta, repetida en el espejo en el espejo, qué será de nosotros los artistas, que no somos útiles a la sociedad.
30.8.13
27.8.13
cosas por hacer apenas vuelva
para Cofre, para Norysell, para G.
uno trata
de formular las preguntas correctas
y soltar el rol que se incrusta bajo piel y sombra
para mirar la estela del regreso
la pisada que deja un rastro que delata
suena la alarma como un gallo
hemos estado peligrosamente adormecidos --años
y ahora, en el umbral de tanto
tenemos el miedo viejo que acecha en la noche al miedo
las drogas en la oscuridad
las montañas rusas
la policía
los golpes de agua y los golpes de luz
por suerte
entre las rendijas y entre las pestañas
se entreve la playa perfecta de la isla
la carcajada cómplice y la balada en la radio, mal sintonizada
la canción que salva
en la punta de la lengua
a pesar del eco seco de los disparos que inauguran la la tarde
en este barrio
y la visión
enredándolo todo alrededor de las plantas que sembramos
y las frutas que empezaron a habitarnos
cuando alguien vuelve a la isla
las puertas susurran y los postes observan
algo te protege
o uno se descuida.
uno trata
de formular las preguntas correctas
y soltar el rol que se incrusta bajo piel y sombra
para mirar la estela del regreso
la pisada que deja un rastro que delata
suena la alarma como un gallo
hemos estado peligrosamente adormecidos --años
y ahora, en el umbral de tanto
tenemos el miedo viejo que acecha en la noche al miedo
las drogas en la oscuridad
las montañas rusas
la policía
los golpes de agua y los golpes de luz
por suerte
entre las rendijas y entre las pestañas
se entreve la playa perfecta de la isla
la carcajada cómplice y la balada en la radio, mal sintonizada
la canción que salva
en la punta de la lengua
a pesar del eco seco de los disparos que inauguran la la tarde
en este barrio
y la visión
enredándolo todo alrededor de las plantas que sembramos
y las frutas que empezaron a habitarnos
cuando alguien vuelve a la isla
las puertas susurran y los postes observan
algo te protege
o uno se descuida.
12.8.13
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