31.10.05

días de muertos

yo también celebré mis muertos estos días.

porque pensé en abuelo más de lo debido, porque cada vez que tomo una aspirina oigo su voz de médico. el sábado caminé sola por Chinatown y podría jurar que él me acompañaba. al doblar una angosta esquina descubrí un lugar llamado el Cathay. entonces quise sentarme a comer contigo, abuelo, en ese misterioso restorán de techo chino cerca de la entrada del Condado, al que nunca entré pero que siempre te escuchaba mencionar. y fue lindo creerte vivo y de visita. y fue lindo recordarte alegre, improvisando voces, caminando conmigo en una calle por la que nunca caminamos juntos pero igual pudo haber sido. y agradecí la suerte de haberme despedido de ti aquél día en el que estabas vivo todavía, la suerte de no verte muerto echado en una caja o a punto de esconderte bajo el negro de la tierra del cementerio nacional.

...llevabas tanto tiempo creyendo que la muerte estaba cerca, desde la vez que te diagnosticaron cáncer del pulmón y se te acabó el mundo. siempre que fui a verte después de eso lo advertías. "ahora sí que sí, mijita, lo que me queda de vida son dos meses". pero siguió pasando el tiempo en tus rodillas y todavía te subías al techo de la casa con tu escalera frágil. seguías yendo cada miércoles a la biblioteca de la escuela, buscando curas mágicas que pudieran alargar tu companía un rato más. visitabas el colmado cada tarde, con la mala costumbre de quien ha vivido mucho en pueblo chico, donde los víveres se compran uno a uno para matar el tiempo y no al revés. porque la verdad ahora no importa, de todas formas ya no venden nada fresco en los colmados. pero igual tú ibas cada día por si acaso no sé qué.

no es que creyera que fueras inmortal ni nada parecido, abuelo, pero la verdad nunca pensé mucho en lo posible o lo cercano de tu muerte. estabas siempre tan del lado de la vida que nunca lo pensé. tú velabas mi bienestar y mi salud, eso era todo. más de una vez me curaste terribles infecciones de garganta. yo detestaba las paletas de madera para aplastar la lengua y decir aahh. nunca me tocó la posibilidad de que murieras. tal vez, ingenua, te creí capaz de curar cualquier enfermedad --hasta tu cáncer de pulmón o la tristeza de saber que era imposible.

26.10.05

mi hermana me dijo anoche

"en mi nick se supone q tnga 2 corazones diga cristina una flor una carita crini un beesito 2 corazones y j. j. te quiero mucho y tu lo sabes y una carita d bochorno y otra carita... se supone que diga eso"

- Cristina, 14

25.10.05

23.10.05

late night huecos

la noche tiene huecos bajo tierra a los que nadie pertenece. yo los transito curiosa, con los ojos abiertos, mirando las luces citadinas con asombro. miro las luces en los ojos de la gente sola, de la gente con un mundo en los ojos que tampoco es la ciudad.

21.10.05

primer poema en inglés

Este es el borrador del primer poema en inglés que escribo en la vida. Disculpen lo panfletario del evento, era una necesidad. Porfa cualquier corrección gramatical o sintáctica es bienvenida. Cuando escribo en mi segundo idioma, meto la pata más frecuentemente.

att. la autora

earthquake
for Friday's colloquium

we need a revolutionary earthquake
to shake the grounds
of this structural and permanent state
of international emergency
we need more than a diluvio universál

because going to the polls
every four years
is a sad, staged fantasy
in which the audience participates
amused and contempt
with the democratic innovation
of this drama experimentál

but kicking out the president
(the puppet, the circus monkey)
will never be enough!
We better start uncovering
the fairytale of personal achievement,
we better stop aiming to be the C.E.O.

because getting out of the ghetto
when you can afford it
will not get rid of the ghetto:
some other poor will move in
to your old railroad apartment
and their daughters and their daughters
will get raped repeatedly
by their uncle, by their father
by their neighbor
and it will be kept in silence
while the owner of the corner store
reaps all the benefit
selling over priced band aids

we need a revolutionary earthquake!
we're through with the commodity flood!
we're through with natural disasters
that do not get the message across!

because while general elektrikk
keeps producing the means for warfare
paid by the profit from everything else
they make and we buy
this pithole will remain the same
people will still go down

despite who we vote for in november
despite the little chance
you get to leave the hood

we need a BIG revolutionary earthquake
to shake the grounds
of all this BULLSHIT

because moving out your block
and personal adavancement
(sad as it is)
will not improve the world!

la pobreza

El problema de la pobreza es que la gente no quiere definirse pobre, que el sistema está diseñado para enemistar el éxito personal con la acción colectiva, que la gente prefiere llamar a sus problemas de clase con otros nombres, que la desiguadad puede ser también tan segregada. ¡Tenemos tantas máscaras los pobres!

20.10.05

la quejona

1.
una se resigna al aburrimiento. a que no todos los días pase algo. a que nadie me entienda el intertexto. a bregar con las rabietas que mi madre resistía con desgano. qué posibilidades tiene la felicidad si cada día se va domesticando peligrosa, bordeando los linderos de la plasta y la sosera. porque a mí ya no me pasa nada grave -- y cuando digo grave quiero decir bueno -- y cada día miro menos el espejo: evitar mirar mis ojos sin pasión.

2.
se me ocurre torpemente que soy torpe. más bien, inapropiada. llena de palabras indecibles, de deseos postergados, llena de una lucha muy bien educadita... e impulsiva.

3.
y yo escribo a veces como si nadie me fuera a leer, como si esto fuera una terapia individual recetada por un especialista en soledades crónicas. escribo y no remedia las dolencias, las violencias cotidianas de encontrarse equivocada y confundida, las violencias cotidianas del intercambio torpe con los hombres en particular, (a veces también con las mujeres), y con la gente en general.

4.
de eso padezco: de soledades crónicas y fortalezas f'rágiles. me dan ataques inesperados de desesperanza. a veces los deseos rasguñan al deseo y no lo alcanzan. a veces los pájaros no han volado nunca y yo no sé por qué.

18.10.05

los abrazos

...es que nunca antes vi la casa de las sombrillas tan tierna, con tanta gente tirada en el piso sobándose las cabezas, con la mirada lela por un arpa y una mujer bella con su voz honda de alfonsina y el mar. y de momento recuerdo que fue necesario bajar las sombrillas de los balcones la primera noche por culpa de la lluvia. y que también fue necesaria la proximidad de los cuerpos, cuerpos creativos, echados en el suelo de la casa de las sombrillas a punto de llorar de felicidad. porque eso es lo que más quiero recordar del "encuentro" --la lluvia y los abrazos de esa gente que no conocía pero que compartió la lluvia y la voz conmigo (y el almuerzo inesperado e imposiblemente delicioso que nos cocinó miguel en st. marks church). porque en nueva york pasaron cinco días, para algunos/as fueron siete o seis, y esos simples cinco días condensaron energías suficientes para echar palante, pa soportar el frío, pa levantarme temprano cada día de trabajo sabiendo que no importa, que siempre hay alguien en el mundo que hace poesía, que siempre alguna gente se detiene consternada ante una página, gente que le grita o le sonríe a una hoja de papel. y yo necesito aferrarme a la idea de esta pasión por compartir que alimentamos y crecimos estos cinco días. porque yo sé que ninguna de nosotras o nosotros vino aquí esperando esto. que más bien reservamos ciertas dudas. que hubo lapsos de desconfianza y faltas de equilibrio. pero hubo un momento con suerte, tal vez fue la luna llena, en que la mesa se nos puso bocarriba y tuvimos que ceder a la ternura, a la alegría de cantar en español por las aceras, al gusto por sentarnos en el piso, a la ropa mojada, a la mancha de vino. y yo sé que después de ese momento el corazón se me volvió asequible, a la vuelta de la esquina, el corazón latiendo y esperándome, así enchumbado y apestoso de tanto caminar bajo la lluvia, con los ojos sinceros, con ganas de mejorar el mundo, con poesía.

http://www.eldiariony.com/noticias/detail.aspx?especialid=&section=23&desc=Comunidad&id=1256924

15.10.05

lluvia

son las diez de la mañana y llueve sn parar hace una semana y por alguna razón incomprensible la gente me parece más amable aún debajo de las cúpulas impermeables de sus sombrillas personales. hoy el chofer del tren habló por el parlante y se le entendía -dijo buenos días y aconsejó prudencia: caminen con cuidado el piso está mojado no se vayan a caer. después, pa mi sorpresa, todo iba más despacio y aún así llegué temprano al compromiso y hasta canté en el tren junto con un tipo cuya voz resonaba en el pasillo de la sexta:

like a bridge over troubled water I will lay me down

ninguna persona se veía molesta, ni siquiera con miedo a pesar de la amenaza permanente de peligro terrorista y caminamos todos tres pasos más lentos, con los pies fríos y mojados, más que mojados, soaking wet

6.10.05

tengo un vecino

--cualquiera de estos hombres podría ser mi padre--
tengo un vecino al que en la privacidad de mi casa todos llamamos mr. fuck. es la atracción del vecindario. no pasa una noche sin que nos dé constancia de su presencia. mr. fuck grita. grita mucho. grita demasiado. tiene una hija de siete años que se llama star. cada vez que entra alguien a la casa hay que advertirle: no te asustes, ya mismo va a gritar. gil y ale dicen que fuma mucha piedra. yo sólo sé que grita. i'm gonna fuck you up - le grita a star. ella a veces llora y a veces le contesta. pero la mayoría de las veces llora. la mamá luce preocupada. su voz nunca se escucha. algunas noches la mamá toma cerveza en el stoop. otras se le ve hablando con alguien desde el público de la bodega. mientras tanto, mr. fuck sigue gritando. desde las diez hasta las tres de la mañana. a veces he deseado que las ratas le coman la lengua, que se le rompan las cuerdas vocales. star es adorable. mr. fuck grita. grita todo el tiempo. grita demasiado. hoy un vecino le contestó 'shut up'. pero nadie hace más nada.

5.10.05

L O C U R A S
Silvio Rodríguez

Hay locuras para la esperanza,
hay locuras también del dolor.
Y hay locuras de allá,
donde el cuerdo no alcanza,
locuras de otro color.

Hay locuras que son poesía,
hay locuras de un raro lugar.
Hay locuras sin nombre,
sin fecha, sin cura,
que no vale la pena curar.

Hay locuras que son
como brazos de mal:
te sorprenden, te arrastran,
te pierden y ya.

Hay locuras de ley,
pero no de buscar.
Hay locuras que son la locura:
personales locuras de dos.

Hay locuras que imprimen
dulces quemaduras,
locuras de Diosa y de Dios.
Hay locuras que hicieron el día,
hay locuras que están por venir.

Hay locuras tan vivas,
tan sanas, tan puras,
que una de ellas será mi morir.

4.10.05

recuerdos de La Habana

para Maria Silvia, en contestación a su cha cha cha
...de momento dejé de estar aquí para caminar por las calles desgastadas de la habana, con el sol imposible del medio día regalándole a los colores destellos deslumbrantes. Recordé, más específicamente, un sábado particular que me invitaron a una "fiesta puertorriqueña" en el apartamento de un profesor de teatro que había enseñado un año en Puerto Rico y le había prestado su cocina al grupito de boricuas que estudiaban artes en el ISA y en San Antonio de los Baños para que hicieran una fiestecita. El apartamento era en un piso alto de una residencia de estudiantes y tenía una ventana que daba al malecón. Desde allí vi el atardecer. Me pasé como dos horas pegada a la ventana embobada con los rayitos anaranjados amarillos y violeta que iban a terminar al mar, mezcándose con el agua y la espuma de las olas. Después de eso comimos pescado, ensalada fresca, arroz blanco y plátano verde. Recuedo que me senté en la mesa con un amigo del dueño de la casa a escoger el arroz. Él era escritor inédito y compartió con nosotros un fragmento de su novela Cartas a Pamela. Hablaba de los nombres de las calles de La Habana. El narrador decía que prefería los palabras a los números para nombrar las calles, que era más rico vivir en una calle con nombre de flor que en la 24. Creo que esta tarde fue que decidí cortarme el pelo. Esas semanas me habían cambiado tanto que tenían que dejarme alguna marca visible en el espejo. Al día siguiente le dije a una negra que hacía trenzas en una esquina al frente de la catedral que lo que yo quería era que me lo cortara, que le regalaba el pelo que ya me llegaba a la cintura para hacer una peluca. Me seducía la idea de que alguna mujer caminase por la Habana con mi pelo en la cabeza. Y es que era un gasto innecesario, tanto champú, tanto acondicionador. Tanto tiempo invertido con una peinilla en mano. Yo no necesitaba ya esa vanidad.