son las diez de la mañana y llueve sn parar hace una semana y por alguna razón incomprensible la gente me parece más amable aún debajo de las cúpulas impermeables de sus sombrillas personales. hoy el chofer del tren habló por el parlante y se le entendía -dijo buenos días y aconsejó prudencia: caminen con cuidado el piso está mojado no se vayan a caer. después, pa mi sorpresa, todo iba más despacio y aún así llegué temprano al compromiso y hasta canté en el tren junto con un tipo cuya voz resonaba en el pasillo de la sexta:
like a bridge over troubled water I will lay me down
ninguna persona se veía molesta, ni siquiera con miedo a pesar de la amenaza permanente de peligro terrorista y caminamos todos tres pasos más lentos, con los pies fríos y mojados, más que mojados, soaking wet
2 comentarios:
Nicole, por acá la lluvia nos ha dejado un tremendo mal sabor. Pareciera que el País se nos cae a pedazos destruido por la fuerza implacable del agua. Y aún así muchos no aprecian su propia vida y se aferran a casas a punto de desplomarse.
Nunca has imaginado que repentinamente cuando te bajas en union square mientras vas en la plataforma lo que ves son falos con piernas y bellos pubicos y vaginas en las grandes aceras de la ciudad.
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