(texto encontrado, circa 2010)
20.4.20
el objeto del siglo (sospechas)
quién se atrevería a decir que la aparición de semejante par de objetos juntos en la casa iba a despertar tanta sospecha: el inquilino desconocido proveniente de san francisco, demasiado leve como para no sentir escozor, rabo de dudas, su azarosa coincidencia en la vida de k, su orgullo patrio, su google earth, su inclinación natural hacia el modelo económico dominante, mi descarnada tendencia a no interactuar demás con él, la necesidad de interpelarlo en su idioma natal para descubrir alguna cosa acerca de su origen o de su súbita presencia en esta casa. no es que sea mala persona, parece incluso inofensivo, pero después de que dejó oportunamente su librito tirado por la casa antes de irse de viaje, no puedo evitar especular mi espanto. ¿qué ámbito privado de nuestro departamento podría interesarle? ¿cuánto desconoce la intuición? ¿qué de esta paranoia es meramente una patología ridícula fruto de la inevitable consciencia histórica? ¿hago caso a la señal de alarma? ¿cuánta marca dejó en mí saber de persecuciones y mordazas, o sutiles actos de guerra fría? la historia podría ser una de amantes y de espías, antes de la caída del muro de berlín. es tan risible el miedo. es tan risible el gesto. todas las piezas, todas las piezas cuajan, todas las piezas de mis especulaciones. ¿pasan estas cosas? sí, claro que pasan. pero, ¿cuánto ego, cuánto delirio implica creer que está pasando ahora, que está pasando aquí? ¿qué podemos saber una chelista y una poeta en el centro histórico? ¿qué gente peligrosa orbita por aquí?¿cuánto poder narrativo u conjetural tiene un simple objeto olvidado en una casa? ¿hasta qué punto es hospitalaria nuestra ingenuidad? ¿hasta qué punto es válida mi paranoia?
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