2.12.05

el pelo

ella quiso encontrarse con mis palabras. yo no supe por qué si ella guardaba las suyas en baúles. las esconde entre los pliegues de los barcos de papel. buscábamos un hilo conductor. nos habíamos visto pocas veces. trece, para ser exactas. ¿o eran menos? nuestros contactos eran discretos y profesionales -como su pelo oscuro atado en una cola baja. caminamos cómodas en el bullicio urbano y multicultural. compartíamos complicidades paladáricas: buscábamos frutas y semillas de la asia tropical. descubrirla parecía peligroso. cada vez que una hace una amiga corre el riesgo de la confesión. ¿cómo podíamos definir nuestros encuentros? eran estos. coincidíamos en que nos gustaban el chocolate, las bicicletas, y los aviones. todavía no hablábamos del agua, pero sospecho que también. después de todo el gesto de doblar papel. hoy me dijo que teatráramos un catfight para interrumpir la baba de la reunión del viernes. imposible. aunque quisiéramos. por eso dijimos que el pelo. ella y su mata pasionaria. yo y mi cascada corta y muerta. siempre el pelo enredado. ella guardando las palabras en baúles. yo abusando las palabras o hablando demasiado. hacer esto era peor que confesarse. y me contó.

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