es cierto que uno se tarda días en llegar a los lugares. dormí en un aeropuerto; conversé con gente en tránsito y gente acabada de llegar de otros destinos. hubo tormenta. tomo café con demasiada azúcar, pienso, mientras sorbo un trago de café. después de pisar la nieve sucia que se sigue tardando en derretirse, los verbos se conjugan en contextos diferentes. el tiempo no existe, los relojes de las ciudades se comportan como les da la gana. insisto en que los tiempos presentes y pretéritos pluscuamperfectos también. había, hubiese, hubiera verbo. hoy no bajé las escaleras. más bien, me ajusto a las proporciones de las estancias y hago bailar los muelles de la cama. sé que afuera está la primavera.
2 comentarios:
a veces la palabras tienen sugerencias incendiarias...
... o vecindades insospechadas.
Me resignarè a embriagarme a lo pendejo en Cuba ya que de lo otro no habrà.
Supongo le caerà bien al body... (es una vilmentira pero bueno)
Julio suena màs que bien para reencontrarnos... a ver si para esas fechas te llevo a conocer mi mar, el pedazo de ocèano en el que me tocò empezar...
besos
Publicar un comentario