ayer empezó el taller. doce personas. muchas más de las que me creo capaz de dirigir. (yo no sé nada del teatro). a veces una se lanza (al garete / a la deriva) por caminos por los que no pasan los ríos ni los mares porque allá es donde aprende más cosas más de golpe. entonces yo digo cosas inapropiadas o pregunto demasiado innecesariamente, como es mi costumbre cada primer día de trabajo, y vuelvo a descubrir que toda yo (todos ustedes) estamos actuando. (nótese que uso una forma plural del verbo para referirme también al yo anterior). cada una de nosotras (yo) produciéndose, empezándose a conocer a través de los ojos de esta gente que dice soviet por so be it (gracias lorena por hacérmelo notar) para descubrirse en los ojos de los demás diferente a las que ven los ojos propios. reconozco el privilegio en el fondo de las suelas de mis zapatos de trotamundos. llevo semana y media de vuelta tratando de ser mejor persona. de maricruz patiño aprendo, por ejemplo, a leer las verdaderas violencias (contra mí) que esconde mi poesía. hay poesía también en el refugio azul de la casa de lorena, donde ella se siente lo suficientemente capaz de dirigir a ciegas. hay poesía en el color morado de leticia, en las manchas de uso del uniforme blanco de la banda de guerra de rebecca. me sobrecogen estas chicas solas. vuelvo a pensar inevitablemente en mi mamá y en el mundo necesario para que otros también vivan. queda atrás tanto de lo otro aunque lo otro está tan cerca, a un pasito, a penas (apenas). apenas hace poco aprendí la diferencia entre apenas y a penas. mira, me están saliendo muchas más canas. parece que mi pelo es de arena. a veces desconozco el límite entre lo que hago por necia o cuál es el valor verdadero de lo que hago. las estructuras coloniales nos hacen aceptar más facilmente el regateo. por eso es difícil aceptar, difícil viajar, difícil asumir, difícil dejar ir, difícil dejarse ir, difícil reconocer las habilidades individuales, difícil sentarse a trabajar un poco más después de las doce, en silencio, sin saber el rumbo, desconociéndose. ¿cómo va a ser el año de la rata? ¿hasta qué punto hay que censurarse (por ejemplo, poner a un montón de viejitos a decir muevan el culo el primer día de taller). pero si después todos se van contentos porque aprendieron algo (pequeño como un tesorito para regalar a alguien que te encuentras de camino y enternece tanto) qué importa si también aprenden que una puede decir culo en tantos más contextos. a veces yo no sé ser fuerte o aguerrida. a veces sólo me conmuevo y me desarmo. porque soy torpe en el gesto de agradecer y torpe en el gesto de la mesura. me da miedo verme crecida en el espejo. perdón karina. la eterna mirada de la poesía nunca nos deja mirar/nos demasiado. hasta aquí, el día de hoy. lorena tú no paras, no sé cómo le haces para hacer tanto. y mientras tanto, anaïs siente pánico del pánico, ximena hace sabotaje a sus poemas, lauri también asume la prisa de su vida y eva dice poco del proceso. ¿quién nos mandó a poner los pies en nuestros pies? ¿para ser comadres necesitamos todas tener hijos? ¿se vale decir? ¿se vale escoger? es que estar aquí es estar casi casi en el frontera y estar en la frontera es estar siempre a punto y discurriendo y la palabra frontera es una de esas que significa demasiadas cosas.
1 comentario:
Hola, soy Eyra, fui al taller el primer día, fui parte de esas doce personas, me la pasé muy bien, me relajé bastante y me divertí tambien.
Desgraciadamente por problemas familiares ya no pude ir, Carlos se ha comprometido a enseñarme las técnicas que aprende jeje, en fin.
Saludos y pues ojalá tenga oportunidad de trabajar contigo en otra ocasión.
Gracias por enseñarnos algo útil en tu vida. :)
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