9.4.08

identidades inasibles

1
el silencio me está llamando
digo desierto y estoy distante de lo que una vez me definió
digo silencio y canta la luna
digo silencio y suena el río
de los rituales que elijo y las ceremonias en las que no quiero participar

cuál característica lejos de la belleza te hace perfecto

con el rabo del ojo miro a la señora de la limpieza y me reconozco
hay un esqueleto sin torso colgando de la lámpara del techo
mi silencio de hoy está lleno de escándalo
esta voz no sabe callar

el resentimiento de tu amor podrido me entristece

quise escribir de cosas trascendentes pero el fede toca a la ventana
algo importante pasa en la cocina de mi casa
claudia es tan alta, vania salta y baila
carolina soba a un gato y mira carátulas de discos
david me despierta de una siesta la última vez que se puede ver el mar

empecé a visitar las azoteas a olvidarme
busqué la armonía de los viernes en el tráfico

desaprendí


2
(el cíclope de algo)

lo frágil de mí misma me amenaza
algo está a punto de caer y es de cristal
(con el ruido de las piezas haré un mosaico
que tenga estrellas y peces en la misma superficie)
hoy estoy necesitando algo
hago lágrimas que se avientan de clavado:
locas lágrimas suicidas que no experimentan vértigo

encenderé una vela
la tristeza siempre ha sido cíclica
me incendiaré en lo pestilente de este día
que con suerte acabará
a la hora exacta


3
me atraviesan las casas en las que viví por más de un año
todas las casas
desordeno lo que soy para encontrarme
quiero componer poemas rotos
(no pueden olvidarse nunca las ventanas
sobretodo si vieron granizar o florecer los labios de los árboles)


4
mis textos son tan quebradizos
se desarman


5
(transportes I)

la luz de este camión prende y apaga
con una intermitencia ensimismada


6
(transportes II)

una mujer y un hombre platican toda la noche adentro de un pesero estacionado junto a la avenida y los ilumina la luz más bonita del mundo. yo los miro porque paso junto a ellos de regreso a casa y en ese momento lo único que quiero ser es el color de esa luz que los enciende.


7
mis pasados ahora sólo sirven para contar historias que mi presente ya no cree


8
si tú dices
a mí me gustan los sitios donde hay viento a mí me gusta el mar
entonces yo dejo de ser yo para ser tú
y esa distancia de ser otro
deja también de definirnos


9
(identidades)
para hablar de mí yo no quisiera
regresar al vientre de mi madre
ni a la abuela enterrada en un panteón con vista al mar
ni al número y color de las estrellas de la infancia
ni a la historia de las cicatrices que conservo
ni al archivo de mi registro médico

acaso soy
las palabras que elijo en mi acervo cotidiano
los epítetos que me conforman involuntariamente
(usuaria, transeúnte, rara, por ejemplo)
o todo lo que encuentro por obra y gracia de la risa y el azar
lo que pienso, lo que siento
mi pie izquierdo nómada recorriendo carreteras
el animal que me habita a quien abrazo
lo que dice de mí el tarot de la última lectura
el color de las frutas que me gustan
o sus semillas negras
o esta pequeña serenidad de darle mi cuerpo a una ciudad
hermosa como un monstruo amargo y amarillo
espesa
esperando que algo pase
con mis dedos de los pies hundidos en la tierra de lo mágico
finalmente supersticiosa
con un corazón de viento que gira en la ventana
o estos renglones tachoneados que no logran definirme
porque después de los oráculos chinos
nada está fijo en el cielo de la boca


10
mejor regreso
a los portales aleatorios
donde me senté a fumar sólo una vez
a la hora que salen del trabajo las sirvientas
al segundo irreversible donde decidí
que sitio y tiempo son fenómenos del tacto
y que inasible y quebranto son palabras que no pueden
decirse en un poema



11
tengo la certeza de ser
algo suave algo perverso
que nunca llegué a escribir en la libreta

2 comentarios:

Sor Juanais dijo...

¡ay! ailobyu soumoch.

Mara Pastor dijo...

este poema del ser es tu ontología. quémame con él un día destos en que te diga que me gusta el mar, que me gusta el cielo