hoy quisiera apagar toda la ciudad. que se detengan los trenes los carros las tiendas los aviones las puertas las pisadas las sonrisas los gritos los trueques los ojos los chicles los semáforos las voces los secretos. me infecta tu voz que no conozco. me infectan las moscas en verano. he estado mirándome en el reflejo de los escaparates ultramodernos de la city y concluí que tengo que cortarme el pelo y caminar derecha porque un cuerpo desolado poco a poco se entumece y se marea y se oxida y se detiene. otra vez lo digo: quiero ser escaparatista y diseñar las vitrinas más espectaculares de la calle. escaparates con los vidrios tan limpios que la gente que pase piense que se ha vuelto maniquí.
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(carta)
camino estos rumbos que convierten todo en piedra y tengo que hundir la mano en el abecedario que una vez nos inventamos para imaginarnos cerca y no perderme. digo otra vez fondo del mar arrullo desnudez y caracola. estoy débil. tengo agentes patógenos entre las muelas y un vocabulario preshispánico y desfasado que sonríe a ciegas y busca sumergirse adentro de la historia de la tierra, del agua, del viento y la semilla. estoy hecha de polen. se extinguen las abejas. el ruido que hace el aire cambia y ensordece. quiero desmembrar todo el pasado y hundirme en el ombligo de tu mundo alguna vez, a ver si pesco nubes o misterio o escarcha, por lo menos.
3 comentarios:
Hola.
Sé que prometí visitar tu blog hace casi o más de un mes, poco antes de que anunciaras que te ibas a New York a pisar banquetas llenas de palabras que no entiendo (ni quiero entender).
Pues bien, estoy aquí, y aquí me tendrás con frecuencia.
Ojalá te acuerdes de mi...
ella, la elusiva
la poesía
te visita
yes
Siempre tienes la capacidad de escribir justamente lo que me llena de borrasco el pecho. Keep the good work.
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