11.11.08

paleta impresionista

hace unos días empezó a cambiar el mundo y no sé
desde qué trinchera seré útil
si ahora estoy coleccionando paisajes, botellas llenas de agua o de raíces

qué trance me lleva mientras una turista se toma fotos
frente al domingo en la alameda
convirtiéndose ella en uno más de los acontecimientos de la pieza
a destiempo, pero igual de integrada al ritmo colorido
de algo que mana de la tierra y hay días
que no debiera decirte demasiado de ninguna cosa así, posible o inventada
porque estoy pintadaen mi monólogo cansado transitando al otro mundo
de la memoria o el desconsuelo o la culpa o la añoranza o el vacío
simple vacío
y necesito del silencio de los cines
o la oscuridad bajo las sábanas
porque me dejaría enremolinar por la ilusión del vértigo
y sería la mujer más cursi del parque
la más enamorada
con tal de que algún beso me cerrara las compuertas
del registro demente de estos pensamientos inútiles
porque a veces no tengo el color de la calma de los lagos
o la calma de los lagos no siempre es lo que estoy buscando
porque sería la más silenciosa del museo
adentro de algún cuadro
mimetizada entre sus grises
y tendría que abrazarme a una canción que me sé de memoria
para llegar ilesa al día de mañana

es que hay cosas en la calle que me recuerdan algo y sé
con certeza atroz
que la luz de las panaderías tiene que permanecer encendida
para que después haya pan

el binomio de los amantes y los asesinos me conmueve más a ciertas horas
si recuerdo que una vez creí que los libros de historia
podían sostener los arcoiris, los eclipses
y me estrello contra su corrupta representación, su escrutinio excluyente
su estructura fatídica y brutal

porque la paleta de esta ciudad tanto más grande que mí misma
se me interpone:
las pústulas violáceas de un señor que pide limosna en el andén
la vejez amarilla de una mujer que vende suéteres de lana
el amor azul de las parejas en los bancos de los parques
las notas moradas de un tipo que toca saxofón desde su esquina
los globos vacíos de ese viejito caminante que conocimos en xilitla
los negros rizos de un muchacho que pasó por delante de nosotros
y yo necesité tocar, aunque no pude

porque no es lo mismo estar al aire libre
que sola en una ciudad tan monstruosa como benevolente
desde el día que rompí las flores del camino hasta mi casa

ahora sólo me sostiene creer en que una niña sí puede cambiar
el rumbo de su genealogía
que el amor lo puede todo
que va a llegar el amor
aunque todos los signos pronostiquen otra cosa

4 comentarios:

Anónimo dijo...

echaba de menos escuchar los poems con tu acento isleño

la pipa de madera y yo te mandamos un superbeso y un jalón de orejas cumpleañero

(la pipa de madera está que echa humo tras haberte cantado de lejos las mañanitas)

Sor Juanais dijo...

JAPI BERDEI TU YU!

AI LOB YU VERRI MOCH!

Anónimo dijo...

Curioso, muy curioso. El domingo pasado me llegó en tinta un verso que también titulé impresionista, y te lo comparto como regalo de cumple y coincidencia impresionista..

Impresionista en tinta

Ha llegado el día y es domingo
ha llegado la angustia y es domingo
el vértigo de vida es hoy y es domingo
hoy que debería ser fiesta
pues el sol calma el fresco sereno de otoño.

Este día trae la comprensión de tantas historias
donde la creación se hace con la úlcera del pan ausente,
del humo compañero ausente,
de la moneda ausente del mecenas ausente
del amor y los amigos ausentes del artista
que se bate arraigado en sí, atado en sí, entregado a sí, creyendo en sí,
enraizado.

Ha llegado el día y es domingo
cuando la ciudad calma sus furias
cuando la centrífuga citadina es monstruo que descansa.
Día de un tic tac camino a la hora aciaga de las cinco en la tarde,
oh cadalso no confesado, solo en sí.

Es el negro río el que hace el mar azul
es este verso triste el que hace la vida
no es este sol de otoño el calor esperado
mas es el instante del alma en sí
lo que salva la herida y este domingo.

No hay silencio en esta soledad, no
hay tanta esperanza debatida en cada letra
en cada acto y en cada cavilar
que lo justo y la justicia
tienen sus asuntos en mí.

Una flor herida aun es bella en sí
el ocaso de hoy es hoy y es domingo
como un grito silente en si
como un sol que es quimera
como esta soledad y el mundo lleno de gente.

Domingo de tantos días
final y principio de semana en medida
hoy es el día y ensordece el tic tac
del camino al cadalso, pero aún soy esperanza
aunque la vela del altar no tenga fuego
yo sigo en oración haciendo el poema.

R.L.Peña-Villa

Mara Pastor dijo...

escorpiana fugaz,,besos cumpleañeraa, sapo verde también!!!!!!