23.3.09

equinoxio

salirse del cronos, había dicho miriam. después viajé una hora para llegar al arquetipo. cientos de personas vestidas de blanco subían a la pirámide del sol y nosotros abrimos una puerta frente al fuego. hay cosas que son inminentemente claras, como rostros en medio de la noche. las montañas son más altas. me agarró el aire frío. remolinos de tierrita transformaban una milpa en centro ceremonial. el aguamiel no emborracha, el pulque sí. el maguey es una planta generosa. me sacudió el viento caliente que soplan las piedras en carne viva. después, de regreso, la ciudad estaba llena de mariposas y poetas callejeros recitándole versos de baudelaire a niñas de nueve años, que saltaban conmovidas por las calles del centro histórico. una mujer cantaba ópera desde el balcón de un museo. las calles cerradas y llenas de gente dispuesta a celebrar las estaciones. ésta, en particular. un taxista nos preguntó dónde queda el paraíso. jaime lópez cantaba "me siento bien pero me siento mal" al fondo de un callejón donde más abajo, el peor bailarín del mundo bailaba al ritmo de la banda más mala del mundo. la gente le echaba monedas en un vaso de cartón. nosotros, todavía bajo los efectos del sol, también aprendíamos a bailar en las esquinas. ritmos populares de brasil y cabo verde, danzas bolivianas, rock mexicano, tango, jazz. bailábamos en el zócalo junto a muchas personas desconocidas. el asta bandera también bailó. todos dicen que llegó la primavera. yo le estoy dejando abierta la ventana de mi cuarto para que venga de visita cuando quiera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial, Nicole. Me encantó. Abrazos.