19.5.05

para Chustri

ayer mari me regañó. me dijo que qué me pasaba que hacía días que no ponía nada en el blog. ella lo lee por las mañanas. de seguro es la única y eso me pone contenta. ahora voy a escribir con más ganas pensando que por lo menos ella, mi primerísima amiga de la universidad y tal vez la más fiel, lee mis boberías como si fuera el periódico. wow! lo que no sé si se ha fijado es que siempre sigo poniendo fotos, porque eso se siente menos como trabajo que escribir.

pero en honor a ella, hoy voy a escribir el cuento de cómo nos conocimos hace SIETE años ya! te lo recuerdo: todo comenzó ese verano que llegamos más perdías que un juey bizco a la semana de orientación de prepas en el colegio de mayaguez... fuimos tan responsables que asistimos diligentemente a las reuniones de nuestro grupo. cómo habíamos sido buenas estudianes en la escuela superior, nuestras respectivas desorientadoras nos aconsejaron ser ingenieras, de computadoras, claro, porque entrar por ese departamento era un guille cabrón. así que con nuestro guille de prepa nos espetamos la semanita de dinámicas, conociendo gente que no tendría nada que ver con nuestra vida universitaria de todas maneras, menos ella, claro. la única otra persona que recuerdo de esa semana era el muchacho de ponce medio lindo que le cabía una peseta entre sus dos incisivos. pero ella y yo descubrimos que pa colmo éramos vecinas en prepalandia, así que, buenas estudiantes como éramos, decidimos caminar juntas por las mañanitas a nuestra orientación. nos encontrábamos en la esquina del colegial (la barra de mala muerte donde aprendimos el arte de jugar billar) y caminábamos hasta el edificio de icom. nuestra amistad crecía rápido: nos ligábamos los mismos nenes, en fin, teníamos todo en común... empezamos a intercambiarnos los zapatos, las camisas, los collares... lo mejor de todo era que somos las dos unas enanas. la gente nos preguntaba que si nos conocíamos desde hacía tiempo y contestábamos que sí, que desde la semana pasada. ella venía a mi casa más frecuente que lo que yo a su hospedaje... en la mía por lo menos podía recibir visitas femeninas. si yo la buscaba en su casa tenía que gritarle "maaaaaaaaaaaaaariiiiiiiiiiiiiii" y sus compañeras lo repetían como un eco hasta que ella salía del reguero de cepillos y secadores de pelo que era esa casa en donde vivía con 21 muchahchas más.

aquí el cuento se me hace largo y muy personal. pero no puedo dejar de escribir sobre esa noche que fuimos a la bosque por primera vez y terminamos en loosers, digo, winners, y después no sabíamos cómo regresar a nuestros nidos como buenas prepas. después perdimos la virginidad (sí, la educación católica nos hizo aguantarnos hasta tan tarde). el segundo semestre de universidad cogimos química general 2 juntas... creo que esa fue de mis notas más bajitas en toda mi vida universitaria! más o menos por ese tiempo fue que descubrimos a silvio y la tertulia y empezamos a creernos grandes. por fin logramos salir de prepalandia, mudarnos a apartamentos de verdad, donde podía visitarnos quien nos diera la regalada gana. lamentablemente ahí nos veíamos menos, ya no éramos tan vecinas. además yo me había cambiado de departamento y ya no cogía matemáticas ni ciencias. pero ya habíamos conocido a nuestros respectivos padres, yo había pasado un finde en su casa de puertas pequeñas y ella otro en mi urbanización de suburbio sanjuanero, nuestra relación era sólida, verdadera. recuerdo que bromeábamos que era como un noviazgo serio, pero sin sexo. cocinábamos juntas, llorábamos juntas esas tardes que parece que el aburrimiento y la frustración la van a matar a una, nos contábamos los chismes de todo el mundo que conocíamos. aunque no nos veíamos tan a menudo siempre estuvimos pendientes de nuestras vidas... después de todo sabíamos literalmente qué se sentía estar en los zapatos de cada cual y eso no es cualquier cosa.

ahora tenemos la suerte de que existe msn y aunque yo estoy por los nuevayores y ella todavía puede ir a la tertulia de vez en cuando, nuestras aburridas existencias coinciden en la red y nos hablamos con frecuencia para contarnos las peripecias cotidianas y recordar al chavo del ocho.

te adoro mari!!!! :)

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