A Gil
él me enseña a apreciar los monumentos
lápidas de Hombres desenterrados por la Historia
leo los grabados distraída
no reconozco ningún nombre
observo cuidadosa la piel fría de los bustos
examino pezuñas de bronce de caballos inmortales
me entretengo en la concavidad de las campanas
no es fácil aprender esta lección
me interesa más la sensación al tacto
echarme bocarriba sobre el mármol de una tumba
sentir las grietas filosas del paso de los años
en las yemas azuladas de mis dedos anacrónicos
decir secretos femeninos a los huecos históricos
y escuchar el eco que repite el campanario
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