19.3.06

conspiración ciudadana

por Alina Reyes
Santiago de Chile

Primero el cambio de género, luego el cambio político. La frase la dice Paul Cohen, pareja de Lila Downs, frente a una TV mientras ocurre la ceremonia de traspaso de mando. Ambos fueron invitados a participar en el evento Canta América Canta con que se celebró la llegada al poder de la primera chilena presidenta.

Todo se feminizó en estos días. Hasta el saliente Presidente Ricardo Lagos se permitió abrazar a la gente que le demostró su cariño, rompiendo el protocolo, y en varias ocasiones los ojos se le humedecieron. Evo Morales, Evo o incluso Evito —lo llamaron— fue ovacionado en su histórica visita al país. El primer mandatario boliviano que asiste a un cambio de mando en Chile casi llora cuando en el homenaje especialmente para él siete mil chilenos corearon "Mar para Bolivia" dando cuenta del tema histórico que llevó a la suspensión de relaciones bilaterales entre ambos países hace casi 30 años.

Chávez pasó a un segundo plano, aunque su frase: "Que llegue Michelle Bachelet a La Moneda es como que llegue Allende", queda resonando en estos días. Lula, Tabaré Vásquez, Kirchner,\n Chávez, Evito, todos reunidos en pleno para dejar en claro hacia dónde va América Latina. Al parecer hacia una cooperación más intensa, la reivindicación de ciertas deudas sociales pendientes y la defensa de los recursos naturales. Aunque moleste a la jefa de la diplomacia estadunidense Condoleezza Rice, quien vino a supervigilar el traspaso y a este sospechoso agrupamiento de "izquierdosos". Y Michelle, que también tiene su corazoncito, al recibir la banda presidencial saludó al Congreso con la mano en el miocardio. Gesto que repitió desde el balcón de La Moneda cuando con dos frases subrepticias —"no olvidamos" y "se abren las grandes Alamedas"—, recordó que igual es de izquierda aunque el conglomerado de partidos que la apoya sea más neoliberal de lo que correspondería a una socialdemocracia. "

Evo no usa corbata, viste informalmente y hace regalos folclóricos. Desde Bolivia trajo un charango para la flamante presidenta y otro para Condoleezza, quien no debe haber entendido para qué puede servirle un instrumento andino hecho con la caparazón de un animal llamado quirquincho, como tampoco la explicación del líder indígena diciéndole que las hojitas de coca no son droga. En el homenaje el pueblo chileno gritaba "¡qué rico!" cada vez que el presidente mencionaba la palabra, porque la verdad en este país hay muchos buenos para "pichicatearse" con la versión química y blanca del producto andino.

Como en una cantina

En su hotel santiaguino, Paul Cohen bromea sobre la reunión Rice-Evito, "ambos están ahora echando coca". Y luego la entrevista es interrumpida constantemente por la tele instalada en el hall en que se ve a Michele recibiendo la banda presidencial. "La Presidenta invitó a muchos artistas que nos identificamos con la izquierda; es historia", dice una emocionada Lila Downs. Esta primera invitación a Chile coincide con la aparición de su último álbum La cantina: entre copa y copa. Quería recuperar el ambiente de\n cantinas y el corrido, de los que "hay muchos para las mujeres que fueron malas o merecen un balazo en la cabeza" y por eso prefirió contar historias de "mujeres interesantes protagonistas de sus vidas", como la de una teibolera (bailarina exótica) que llega a la Ciudad de México. "

Downs comparte escenario con Gilberto Gil, Pedro Aznar, Julieta Venegas, Isabel Parra, Inti Illimani, Andrea Echeverri y otros grandes de la canción que festejan con su canto la nueva integración de América Latina. El acto se desarrolla con 200 mil personas tomándose los espacios públicos frente al Palacio de La Moneda, bombardeado en 1973. Es un despliegue de alegría y también de "la nueva institucionalidad cultural". Los actores de la telenovela del canal estatal animan el encuentro en la mediatización inevitable de este triunfo. Bachelet celebra de pie y cantando.

Los chilenos celebramos con alcohol y los bares se llenan tras el acto. Como si el tiempo pasara entre copa y copa no\n sólo para Chile sino para América Latina. Hace unos tragos avanzábamos en materias sociales, antes de la dramática intervención de Estados Unidos que se tradujo en seguidilla de golpes militares en el continente. En este nuevo brindis mandatarios y pueblos parecen reencantarse, y este último se pone exigente. "Tan pocas horas y ya me quieren mandar", dice Bachelet cuando el público la interrumpe en su primer discurso público. Por primera vez un presidente asumido sale al balcón de La Moneda a saludar con su mamá y sus tres hijos de distintos padres y no todos bajo el matrimonio. "Es una presidenta mujer que se comporta como tal, las otras visten y actúan como si tuvieran pene", dice un amigo aludiendo a figuras como la misma Condoleezza o Margaret Tatcher, con un estilo duro. Lo contrario a lo que vemos. Se habla de un cambio cultural. Alguno en el bar hasta bromea sobre los próximos presidentes homosexuales, mapuches y artistas porque soñar no cuesta nada, y dan ganas de apropiarse de una ciudadanía a ratos esquiva. Vemos desfilar por la Alameda a niños, mujeres y jóvenes portando la banda presidencial que todos quieren usar para regocijo de los vendedores ambulantes que las sacaron a la venta con inesperado éxito.

(republicado con permiso de la autora)

1 comentario:

Anónimo dijo...

nicolececilia... tu espacio cada día es más chévere... qué bien!... las fotos, las cositas... me contagian tus rabietas...