1.6.06

women's ward

La celda de mujeres de Central Booking había sido lo más impresionante. Por lo menos había luz. Una de las paredes tenía bloques decorativos en la parte alta, de esos que dejan pasar un poco de sol y parecen de agua. Llegaron por la mañana, a eso de las nueve. El calabozo estaba llenísimo y la mayoría de las mujeres que estaban allí daban la impresión de estar acostumbradas al sistema. R. podía jurar que habían pasado la noche más de una vez. Hacían chistes y chismeaban tranquilamente. No es que tuvieran alternativa. No se podían ir.

La gente encerrada se comporta de maneras insólitas. La humanidad se transforma poco a poco; los instintos, en ocasiones bestiales, se manifiestan voluntariosamente, muchas veces aplastando con violencia cualquier pretensión racional. A R. ésto le intimidaba un poco. Después de todo, ella nunca había tenido un problema ni remotamente parecido a éste. Ni siquiera un ticket de parking ni una multa por exceso de velocidad. Siempre se rodeaba de personas parecidas a ella: clósets vintage, jabones de algas y hierbas naturales, óleos amarillos y abuelas católicas que sabían cocinar. Por eso le impresionaba tanto la fauna de la celda. No hubiera interactuado con esas nuevas compañeras de ninguna otra manera. En todo caso, sólo logró identificarse un poco con aquella otra muchacha blanquita a quien habían detenido por conducir en estado de embriaguez.

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