27.4.07

buscar y encontrar

hoy, sin querer, volvimos al desierto. la lengua se nos llenó otra vez de sapos alegres y estuvimos menos solos. la intemperie fue el corazón del fuego, que es como decir también nuestro corazón, el mío, tan vulnerable, que se conmueve con la simone o con jobim a medianoche, soñanado con viajes remotos y responsabilidades cotidianas, reconsiderando el sonido de la luna, persiguiendo su rastro en los poemas de los grandes, por aquello de empezar por algún lado, sentados en una silla de plástico con los codos en una mesa de plástico, hablando con otros de la muerte por hablar de cualquier cosa, aunque no hablara de mi afición por las poetas suicidas. todo era otra vez el peyote y el desierto y la comunidad y la supervivencia y la vida doméstica y el ruido de las cosas, el ruido que hacen las cosas para tratar de comunicarse con lo demás. después alguno le dice a otro ´él busca pero yo encuentro´ y una cae en cuenta, por vez número no sé cuántas, de que buscar y encontrar son gestos que no tienen entre sí nada que ver.

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