[ o la crónica justa pa los presentaos que se creen que yo soy un personaje de ficción o de cómo últimamente tengo la mala costumbre de hablar con todo todo el mundo ]
1
alexzander (el chico egipcio de mi taller, hiphopero, líder natural entre sus compañeros) estuvo retraído y rezagado. yo intenté ayudarlo, darle atención particular mientras enseñaba al resto del grupo a ensartar un hilo en una aguja grande y coser hojas de papel a la japonesa -tal vez por eso almorcé sushi en mi nuevo rinconcito favorito en howard st.-. pero alexzander se resistía. cosió a lo loco, por salir del paso. no se quitó los audífonos en toda la clase. luego comenzó a hacer dibujos en la portada de la libreta. el resto del grupo hizo libretas perfectas. ellos no saben que fue una clase de tai chi. avanzar retrocediendo y desenredar hilos de seda hoy fueron gestos literales íntimamente relacionados con las destrezas motoras finas. paciencia y humildad. esas eran las lecciones de la clase de hoy y yo era una nube. por suerte vino dharma a ayudarme un poco a manejar el grupo, que en este caso, era enseñarle a todos los demás, mientras yo intentaba decirle lo de del tai chi a alexzander aunque en ese momento no supe que eso era lo que le tenía que decir. oí a mi abuelo fede decir "el único tai chi bueno es el que se disfruta" y alexz no se dio la oportunidad.
2
mañana tendré que prestarle más atención, para que no se frustre, me convenzo. intento no pasar por alto que el lunes (los lunes es mi día libre, porque me da la gana) alexz asumió el rol de facilitador de grupo y aparentemente, sostuvieron una conversación que los hizo pensar, por lo menos un poquito, sobre diferencias culturales, y lo jodidas que son todas las relaciones humanas en este país. david (a quien sus amigos le dicen dayday y el ritmo hiphoposo de la poesía lo persigue a todos lados) también mutó. avanzó retrocediendo, desenredó los hilos, completó un proyecto, ayudó a una chica a coser su cuaderno, sonrió cuando le dije que no dañara mi reputación diciéndole a la gente que yo los había llevado a ver "pornografía", fue creativo, disfrutó.
3
a la salida del trabajo fui a pearl paint a comprar pegamento para el proyecto de mañana. en el counter de la tienda, yada se moría de calor. comámonos unos hongos, me dijo. después preguntó del peyote y yo le dije vámonos al desierto. arya, alex, clau, fede, reclaman mi regreso urgente a la ciudad de méxico. yo llevo dos semanas deseando ver a andrew encaramado en el autobús turístico para el que trabaja recorriendo broadway y hoy lo vi. le grité 'aaaaaaaaaaaaaaaaaandreeeeeeeeeeeeeeeeeew' como no hubiera gritado nadie que obedezca las reglas de la ciudad. andrew miró. y lo saludé con la mano.
4
yo tenía planes para la noche. iba a ir a bailar salsa con mellesol y mariposa; después a ver sola una película sobre la que leí una reseña el el periódico esta mañana en el tren 6; después soñaba con las decadentes luces rojas del jazz de martes en st nicks pub.
5
cuando llegué sólo pude ponerme el traje de baño y agarrar la bici. que central park sea el patio de casa no me va a durar más allá del verano. sin embargo, este lujo no es lujo para todo el mundo. en la piscina conocí a alex. brasileño. 41. cineasta. vive a dos cuadras de lexington ave. es decir, frente a frente a central park. me pidió consejos para modular la respiración mientras nadaba, y yo desempolvé las palabras que se usan para enseñar a la gente a nadar y las traduje, a cambio de que me diera clases de portugués. le recité un poema y el nadador, del otro lado, comenzó a hablarme de literatura después de la próxima vuelta. silvina ocampo, borges. los salvavidas ya me llaman por mi nombre. alex se sorprendió de que no le pidiera ride hasta mi casa, de que usara la palabra feminista. confesó que, antes, allá lejos, jugaba fut y tenía amigas y amigos feministas. miraba el lago y le brillaban los ojos mientras me contaba del momento de su vida en que había sido más feliz. ve a brazil, me dijo. y yo deseando ese futuro. caminamos como una hora por la parte norte del parque, me acompañó a la puerta de mi casa.
6
el amigo brasileño se asustó con dos mapaches que rebuscaban en un bote de basura y me confesó que nunca camina por esta parte del vecinario por la noche. sólo usa el tren seis por las mañanas. es peligroso, asegura. para mí, es el paraíso. todo el mundo habla español, la comida es más rica, el estudio de tanya tiene la luz más bonita de todo new york. (¿no habrá pensado que esta gente a quienes teme se bañan todos los días, antes que él, en la piscina pública?)
7
doña ramona, la abuela de julián, hoy cocinó arroz con pollo. me serví un plato y comí. luego lavé los trastes. el intenso olor a ajo del enorme pilón de guayacán. cuando volví a mirar el caldero, me di cuenta. ese arroz con pollo lo había hecho mi abuela.
1 comentario:
que lindo, ah?
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