a las 4:30 de la tarde, después de salir del trabajo, de vez en cuando entro a west side cafe, un restaurante dominicano al oeste de chinatown, justo alfrente de las oficinas de correo. "deme un café de verdad", le digo en español a la mesera. ella pone bustelo en la máquina de espresso, calienta la leche, y saca una taza de cerámica muy gruesa para mi café. es el único sitio del vecindario en donde el café huele a café y tiene la consistencia que me gusta. además hay un viejo verde que piensa que entro a la cafetería sólo para verlo a él.
28.7.08
"déme un café de verdad, por favor"
a las 4:30 de la tarde, después de salir del trabajo, de vez en cuando entro a west side cafe, un restaurante dominicano al oeste de chinatown, justo alfrente de las oficinas de correo. "deme un café de verdad", le digo en español a la mesera. ella pone bustelo en la máquina de espresso, calienta la leche, y saca una taza de cerámica muy gruesa para mi café. es el único sitio del vecindario en donde el café huele a café y tiene la consistencia que me gusta. además hay un viejo verde que piensa que entro a la cafetería sólo para verlo a él.
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