1.9.08

agua de coco


1. FIDELPlaya Azul / Michoacán, Mexico
noviembre 2007
a mí no me gustaba el agua de coco. pero cuando Fidel se encaramó a la palma para bajarnos cocos a mí y a Elisa no pude rechazarlo. habíamos caminado mucho rato por la costa hasta llegar a su terreno, en donde teníamos que esperarlo mientras él nos hacía el favor de conseguirnos algo de fumar. cuando regresó Fidel, nos contó que en la playa habían, en general, pocos trabajos. él no era pescador, pero tumbaba cocos. si acaso, alguna noche salía a robarle los huevos a alguna tortuga marina que llegaba a desovar hasta la orilla. los huevos de caguama se venden bien entre los viejos del pueblo, nos contaba Fidel levantando el puño, porque los hacen nuevamente vigorosos. viagra natural, huevo de tortuga. lo de los huevos es una guerra en estas playas. a varios metros de distancia había un campamento tortuguero en donde trabajadores voluntarios competían cada noche con los traficantes. a pesar de la amenaza de impotencia sufrida por los viejitos de la playa, las tortugas están en peligro de extinción. a Fidel le sorprendió que Elisa y yo viajáramos y fumáramos, porque las chicas que él conocía estaban en sus casas y no hacían nada de eso. él sólo había fumado con una mujer: una gringa vieja que vivía en esa playa desde hacía muchos años y que a veces lo invitaba a desayunar con ella a cambio de que le hiciera el favor de comprarle mota. nos hizo muchos cuentos, Fidel. bajaba un promedio de 80 cocos diarios, y luego los vendía a los dueños de los hostales y enramadas. el resto del día se lo pasaba surfeando y caminando de lado a lado por la playa. era amigo de los salvavidas y le gustaba hablar con los turistas. hasta nos cantó una canción de reggae que una banda había escrito sobre la hospitalidad de las gentes de Playa Azul. tenía un tatuaje enorme en la espalda que decía 'Hecho en Mexico'. tomamos muchísima agua de coco esa tarde. y me llegó a gustar.

2. CÓ
El Escambrón / San Juan, Puerto Rico
agosto 2008
justo antes de entrar al agua de la playa del escambrón, có se nos apareció en el camino. él trepa las palmas que rodean los hoteles de la zona de la playa de San Juan y vende cocos de agua. Salvador me invitó a un coco, y Có se sentó a hablar con nosotros. "yo traía al diablo por dentro", decía, "pero el señor me advirtió que si quería seguir fumando crac tenía que ponerme a trabajar". Có es un tipo como de 40 años, muy listo, con la fisionomía fibrosa de quien se pasara la vida encaramándose a las palmeras. "tres veces me han mandao las palmas pal hospital", siguió contando. "los cocos dan duro. esas cosas me pasaban por pecador. cuando ayudaba al párroco de la iglesia, el diablo siempre me tentaba a robarme la caja de El Visitante". el agua del coco que Có eligíó para mí estaba deliciosa, y tenía una pulpa joven, dulce y suavecita. después empezó a hablar del ciclo de crecimiento de los cocos, y de las ratas que, como él, trepan el tronco de la palma. "los animales son inteligentes, lo que pasa es que no pueden hablar", nos dijo Có.


3. ROLO
La Selva / Luquillo, Puerto Rico
agosto 2008
para que el sábado fuera perfecto lo único que faltaba era un baño de agua de coco. nos habíamos tomado dos cervezas saliendo del río a donde fuimos temprano por la mañana para darnos un bañito energizante de agua fría y se nos había olvidado comprar agua de tomar para pasarnos la tarde en la playa de La Selva. había más gente que de costumbre. era poco después de mediodía y había una luz dura e intensa. la playa estaba llena de pescadores. justo en el momento en que decidimos quitarnos los trajes de baño para asolearnos bien, nos dimos cuenta de que una yola se acercaba hacia la orilla con las redes llenas y tuvimos que salir del agua. allí agarramos nuestro pedazo de soga y comenzamos a ayudarlos a traer las redes hasta afuera. los peces daban saltos agonizantes en la arena. Natalia tomó muchas fotos. así me di cuenta de que soy inminentemente carnívora: me supe parte orgullosa de la cadena alimenticia imaginándome todas las formas posibles de cocinar tanto pescado. hacía mucho calor pero enseguida noté que dos de los pescadores más jóvenes se habían sentado lejos de la orilla. estaban abriendo cocos con un palo y me acerqué. era justo lo que desaba. me senté en la arena y les pedí agua de coco. cuando les pregunté sus nombres, el más platicador me dijo "a mí me conocen en todo Puerto Rico. ¿tú sabes dónde está La Selva, más adentro? ¿tú has oído de Rolo?" efectivamente, Rolo es famoso en los cuatro puntos cardinales de la isla. yo había oído cuentos sobre él desde hace años, pero nunca había tenido el placer de conocerlo. en mis tiempos universitarios, muchos de mis amigos hablaban de un tal Rolo de La Selva que vendía hongos alucinógenos en su casa. yo lo había imaginado viejo, barbudo y con una panza muy grande, por eso me sorprendió tanto este tipo sin edad que se encaramó a las palmas y bajó ocho cocos en cinco minutos para impresionarnos. abrió los cocos con su palito, se tomó el agua de uno, nos ofreció el resto de su cosecha, llamó a sus compañeros, y se echó el agua de otro coco sobre la cabeza rapada. Natalia, Xavier y yo procedimos a imitar el gesto. agua de coco era lo que nos faltaba, después del agua de río y el agua de mar.

4 comentarios:

marielkis dijo...

no puedo verlos, cómo? pero se siente la marea, y el agua de coco bajando por la garganta. será otro de esos espejismos?

Alina Reyes dijo...

quiero ser como la viejita que vive en la playa azul, la única que seguro tiene mota en todo el pueblo

Pako dijo...

voy a playa azul en 2 dias y para no mal vibrar en carretera con tanto reten pues me tocara ver si encuentro algo por ahi. ahora me fijaré si veo por alli si veo tatuaje. O_O

Cristian dijo...

Como soy de viajar mucho me interesa poder obtener datos de los sitios a donde voy y sobre todo de Mexico ya que es uno de los destinos que mas visito. Por eso cuando paso tiempo en internet trato de conocer cuestiones vinculadas a dicho país. En general al viajar trato de hacerlo al mejor precio y por eso suelo obtener con Outlet LAN