lucho con ellas. mi cuerpo es una trinchera. mi enemigo es el arma, cualquiera que sea, el acero en sí. todo lo invencible, lo sólido, lo estructurado, el gobierno, la autoridad y el poder, los hombres mayúsculos y sus mujeres sumisitas, los monigotes al servicio de la maldita y opresiva burocracia.
no tengo táctica para enfrentarlas - sólo el coraje, la rabia, el desempoderamiento logran que me mueva hacia la acción. pero así no vamos lejos, no son herramientas suficientes. los muros institucionales tienen hondas raíces enterradas en el corazón humano. nadie se convence sólo de coraje. lo dejamos pasar como si fuera un mal nunca bienvenido, antagonista de la armonía civil.
pero todo lo otro que uno sobrevive día tras día es también fruto de violencias. invisibles, rutinarias, asumidas violencias cotidianas que le juega incesantemente la sociedad al individuo. contra la piel, contra la inteligencia, contra la creatividad, contra el derecho indispensable a permanecerse solo y en silencio, contra el cariño, contra cualquier asomo piadoso, contra el pensamiento crítico, sobre todo, contra alguna alternativa funcional que nos cuestione o haga tambalear la versión oficial y tanta superestructura.
[:esto es una rabieta inevitable:]
aquí uno aprende a cambiar como si hubiera venido al mundo solo, inmune a la desgracia ajena, con la mirada por encima de los ojos del vecino, sordos los oídos a la historia de cualquiera. nomeimportanomeimportanomeimporta tres veces me digo, a ver si logro un conjuro que me crezca un cuero duro encima de esta piel- demasiado sensible, demasiado empática, demasiado solidaria.
4 comentarios:
No se puede, he visto otros que lo han intentado +_^
Créeme que las veo. Todos los días. Es la historia de todos los días.
Perdiste, no das la liga, no es suficiente, no me haces falta,
no aportas nada,
no vale la pena
rebelarse porque te matan
y tú lo que quieres es vivir
y para eso
hay que civilizarse
como si civilizarse ayudara a alguien
como si en realidad no hubiera más remedio
hay que etiquetarse
acoplarse
emputecerse
mirarse en el espejo
y no reconocerse
en fin
hay que joderse
aunque nadie entienda el porqué
ni de dónde viene la supuesta
nobleza esa
de estar tan jodíos
minimizados
barnizados
olvidados
tipificados
hay que joderse y hay que pelear
y cualquier esfuerzo
queda descrito como lucha
y cada ignominia
responde a alguna bandera
y cada bandera
se baña en tu sangre
antes de ondear
el amor es super pero cuando te cachonean deja de ser noble y tonto
Publicar un comentario