27.8.07

[ [ [ aunque esta vez yo no comí peyote, de alguna manera, adentro del temazcal, los shamanes son capaces de compartir su trance, de usar el poder de la planta que consumen en favor de una comunidad que está toda metida adentro de un vientre que hierve como un volcán. para mí es más que nada un viaje del lenguaje, del discurso, de las palabras, de la poesía. una se recoge y aprende a articular, balbuceando, más o menos sin conocer, sin tener idea, ni puta idea de por qué estoy en este hoyo tan caliente, sudando el mismo sudor con una familia de desconocidos. allí adentro se canta en nahuatl. soy guerrera mexica, silvestre, salvaje. yo no sé el significado exacto de los cantos, pero sentir en sonido resonar adentro del cuerpo tiene una onda inexplicable que acomoda los órganos vitales, que los arregla. a veces da miedo, la razón dice que esto es un éxtasis religioso como cualquiera otro, como esos otros de los que huyo siempre, incrédula y escéptica. pero aquí adentro todo vale, lo juro. una cede y fluye. entonces te miras cara a cara con tu animal, y ruges y gruñes y arañas. después, todo se parece a la libertad. ] ] ]

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