gusano, devuélveme mi sustancia y dame otra vez esta miserable alegría que llevo dentro, no sé dónde. mi cerebro, máquina inservible de doloroso funcionar, me impusla al cruel destino de mi saber histérico.
payaso, devuélveme mi sustancia.
bestia, devuélveme mi sustancia.
magia, dame tu sustancia caprichosa y toma en cambio esta horrorosa epidermis que no es mía. toma mis dedos, magia, y dame tu pezuña de algodón amarillo. dame tu careta y toma mis ojos de mirar convulsivo. dame tu cetro mágico y toma mi bastón de líneas firmes. dame tus patas y tu flauta de música de amaneceres y atardeceres enigmáticos y toma tú mi ciclo de esperanzas, sincroización absurda de mi eterno duelo. toma mi firmeza y mi recto camino y hazme partícipe de tus turbias y dobladas sendas.
árbol, dame tu tronco seco, sonoro y toma este macizo torso mío repleto de vísceras inútiles y porquería.
buho, dame tu mágico mirar siniestro y toma este turbio parpadear indeciso.
culebra, préstame tus dobleces.
cofre, dame tu asombroso hermetismo.
noche, préstame un poco de misterio. roba un poco de luz a mis pupilas cansadas de resplandores huecos.
brujo, dame tu pócima y un poema de números para esta página blanca de mi libro muerto.
pez, dame todas tus direcciones y déjame besar las algas un instante cuando todo sea sombra alrededor de tus mágicas escamas y tu cuerpo ópalo viscoso.
mi poema, inconcluso, necesita tu soledad, desierto virgen, ardiente desierto, árido desierto. dame un verso de calor que sea frío como el hielo cuando la reina noche se incorpore en su trono de charol ante tus ojos y los míos.
José María Lima
homenaje al ombligo (fragmento)
payaso, devuélveme mi sustancia.
bestia, devuélveme mi sustancia.
magia, dame tu sustancia caprichosa y toma en cambio esta horrorosa epidermis que no es mía. toma mis dedos, magia, y dame tu pezuña de algodón amarillo. dame tu careta y toma mis ojos de mirar convulsivo. dame tu cetro mágico y toma mi bastón de líneas firmes. dame tus patas y tu flauta de música de amaneceres y atardeceres enigmáticos y toma tú mi ciclo de esperanzas, sincroización absurda de mi eterno duelo. toma mi firmeza y mi recto camino y hazme partícipe de tus turbias y dobladas sendas.
árbol, dame tu tronco seco, sonoro y toma este macizo torso mío repleto de vísceras inútiles y porquería.
buho, dame tu mágico mirar siniestro y toma este turbio parpadear indeciso.
culebra, préstame tus dobleces.
cofre, dame tu asombroso hermetismo.
noche, préstame un poco de misterio. roba un poco de luz a mis pupilas cansadas de resplandores huecos.
brujo, dame tu pócima y un poema de números para esta página blanca de mi libro muerto.
pez, dame todas tus direcciones y déjame besar las algas un instante cuando todo sea sombra alrededor de tus mágicas escamas y tu cuerpo ópalo viscoso.
mi poema, inconcluso, necesita tu soledad, desierto virgen, ardiente desierto, árido desierto. dame un verso de calor que sea frío como el hielo cuando la reina noche se incorpore en su trono de charol ante tus ojos y los míos.
José María Lima
homenaje al ombligo (fragmento)
1 comentario:
increible. gracias josé maría.
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