7.9.09

te oí por radio, alan mills

hoy, antes de mediodía, fui a visitar a unos artesanos que conocí anoche en el único parque de bacalar. tuve que cruzar su casa de madera, con una cama enorme y una gran mesa de taller, para llegar al patio, en donde estaban ellos dos sentados bajo un árbol lijando pedacitos de cáscara de coco. "llegaste a buena hora "dijo cristina, la güera, y subió el volumen de la radio. "es la hora del reggae". luis (un jarocho a quien le dicen el negro) me dio un vaso de cerveza. otro amigo, con largos rastas en el pelo, los acompañaba. "este hace lo del pescado", dijo el negro, cuando le pregunté al otro chico qué hacía ,"nada y nada y nada". para mi sorpresa, justo después de una canción de cultura profética (que era una musicalización de un poema de benedetti, por cierto), el locutor del programa de reggae empezó a hablar sobre la feria del libro de chetumal. sentí un placer curioso, mezclado con complicidad, al darme cuenta de que alan mills estaba en la radio, en un programa que se oye los sábados en un barrio de un poblado bastante remoto del estado de quintana roo en el sureste mexicano, ese poeta a quien oí recitar alguna vez en el defe y de quien, también por azar, había leído el libro del que hablaban en la radio. un libro que me había gustado. mientras escuchaba, garabateé en mi libreta algún asomo de poema.
después me levanté de la mesa y fui a nadar al cenote azul. nadé tres veces de lado a lado, comí sopa de mariscos y tomé tres cervezas. unos viajeros extraños del d.f. me invitaron a sentarme en su mesa. pero después me separé de ellos. regresé al poblado de bacalar con un trailero que todos los días transporta bloques de cancún a chetumal.
bajé a la laguna, ya había caído la noche. esperaba a que saliera la luna. luego llegaron dos policías en sus motos ruidosas. decidieron acompañarme a ver alunecer, y me escoltaron de regreso al pueblo, porque esas no eran horas para que una mujer estuviera sola, en la oscuridad de la laguna.

(fragmento de correo electrónico)

2 comentarios:

Carmen dijo...

Ah, y justo hoy estaba pensando en hablarte y que me invitaras a tu jaus o tú venir a la mía y nos echaramos unas chelas, pero mira tú que presumida andas.

Y uno aquí apoxcahuandose de tanta pinche lluvia y nostalgia.

Buuuuuaaaaa.
Y sí a ti siempre te pasan cosas raras querida

María Tabares dijo...

Lindo lugar en el que estás.