21.2.12

poemas para fomentar el turismo

Presentación de libro
Texto leído en
Centro Cultural Dulce María Loynaz
XXI Feria Internacional del Libro de la Habana
10 de febrero de 2012
por Nicole Cecilia Delgado


En 1936, Emilio S Belaval publica Cuentos para fomentar el Turismo. Este libro, reeditado varias veces por las editoriales institucionales de Puerto Rico, presenta, con humor y cinismo, una realidad nacional que en aquéllos tiempos se quería pensar bajo el lente del interés internacional. Como en muchos otros países latinoamericanos, el turismo, una de las estrategias de homogenización y sanitación que imperaron a principios del siglo veinte, se proponía como la actividad económica que “salvaría” a Puerto Rico de la miseria y lo dispararía al mundo del glamour y el progreso económico. Pero la realidad de la población puertorriqueña representada en los Cuentos para fomentar el turismo pone en evidencia otras dinámicas; Belaval revela a un campesinado aferrado a los valores agrícolas que se resiste a las políticas homogenizantes de la americanización y la capitalización de la tierra.
Belaval también había publicado, años antes, otro libro importante: Cuentos de la Universidad, en el cual personifica al flamante estudiantado de la joven Universidad de Puerto Rico, fundada en 1903, poco después de la ocupación norteamericana en 1898 (Rodríguez Juliá, 13). En muchos de estos cuentos, los estudiantes son caracterizados como una burguesía aspiracional para quienes la educación representa el boleto de salida de la pobreza y la ruralía. Estos títulos emblemáticos de la literatura puertorriqueña del principios del siglo XX revelan dos movimientos importantes en el devenir del pensamiento de la isla: uno hacia adentro, nostálgico y costumbrista, y otro hacia afuera, en donde no hay cabida siquiera para mirar atrás. Cabe mencionar que estas tendencias han sido matizadas por una marcada actividad migratoria de éxodo y circulación a los Estados Unidos, punto de análisis fundamental para poder comprender la realidad y la representación de lo puertorriqueño contemporáneo.

El poemario de Mara Pastor, Poemas para fomentar el turismo, (2011) se inmiscuye --con firmeza y sagacidad poética-- dentro de estos asuntos que han preocupado a los intelectuales puertorriqueños durante más de un siglo. Ya desde el título, retoma con cínica obviedad el texto de Emilio S. Belaval, retando de alguna manera a la genealogía literaria de la isla. Además, ella misma ha dicho sobre el libro que “también es sobre ser estudiante y sobre la sensibilidad que esto produce en estos tiempos” (del Blog de Mara Pastor). Más aún, Mara Pastor se refiere al estudiantado como una condición del paso, más parecida al “estar” que al “ser”: “"estar", algo así como un gesto del tránsito, un estado de la materia. Lo que ha sido constante de alguna manera ha sido viajar mientras "estoy" estudiante”, afirma. Ya en el primer poema del libro, “Turismo interno”, el sujeto lírico establece el vínculo: “pensaba en estudiantes / como recogiendo palabras / de un derrame petrolero” (11). Este paralelismo que traza Mara Pastor entre la búsqueda de conocimiento y tránsito detonante es una característica que representa a gran parte de la población “educada” de la isla. Mucho se ha escrito sobre la llamada “fuga de cerebros” y las más recientes oleadas migratorias de puertorriqueños hacia los Estados Unidos tienen que ver, sin duda, con las oportunidades profesionales, educativas y vivenciales que el acceso a las universidades norteamericanas facilitan. Al respecto, había escrito en 1993 Magali García Ramis en su conocido ensayo Los cerebros que se van y el corazón que se queda (La familia de todos nosotros, 1993):

Cerebros, esa gran masa encefálica que como nube nuclear se desplaza lenta y constantemente hacia el extranjero; esos sesos con patitas que se suben a diario a los aviones rumbo a otra vida: doctores a Dallas, profesoras a Boston, maestros a Rutgers, pintores a San Francisco, trabajadores sociales a Nueva York, enfermeras a Chicago, arquitectos a Miami, investigadores a Washington, sociólogas a México, ingenieros a Arabia Saudita...

Y es que, por fortuna o lamentablemente, la experiencia de la migración plantea contradicciones y dinámicas que no vale la pena subsanar. El sujeto insular se descubre de súbito como parte de un mundo mucho más grande que se abre paso a paso y se empieza a reconocer y a definir desde esas otredades. Poemas para fomentar el turismo va dedicado “A los 300,000 puertorriqueños que emigraron del 2005 al 2009”. La discusión se abre y el intercambio se hace posible: ¿Cómo nos ven los otros y cómo nos vemos nosotros mismos?, ¿Cómo cambian nuestra visión de mundo el movimiento, el viaje, la migración?, ¿Qué tenemos que decir como migrantes o como turistas? ¿Cuándo dejamos de ser turistas para convertirnos en migrantes? Y ya dentro del mundo, ¿cómo vemos o interpretamos esas otras realidades que tenemos la oportunidad de conocer? En el libro de Mara Pastor, la noción original que Belaval planteaba al acuñar “para fomentar el turismo” como condicional del título de sus cuentos experimenta un viraje significativo. No se habla aquí del fomento del turismo hacia la isla, sino todo lo contrario. “Algo así como éxodo y repetición”(en "Luego fuimos a Camden", 49), el sujeto poético que se desarrolla en el texto es un sujeto que viaja y observa, turista maravillado o migrante con un tercer ojo muy crítico, nunca se sabe.

De lo que no cabe duda es que el tránsito que se pone en evidencia en estos textos es insumiso y bizarro. Los lugares extranjeros en donde la voz poética logra reconciliarse son, precisamente, los más inusuales, “síntoma inevitable de que a las afueras / también hay caimanes / en las urbanizaciones”(en "Caimanes", 42), respira aliviada en uno de los poemas. El sujeto que viaja, por más crítico que sea, por mejor disposición que tenga, siempre se encuentra vulnerable, al borde de un miedo o peligro que hay que enfrentar y vencer. El temor a los aviones, la extrañeza del vuelo, la resignación frente a los fenómenos atmosféricos de otras latitudes, son algunas de las facetas de la subjetividad del mal llamado “turista” que se revela en los textos de Mara Pastor. “Soy el ángel de todas las azafatas con mis pestañas duermo el miedo de los tripulantes las azafatas iconoclastas erizos sin miedo nostalgia aérea de las viudas negras vacíos de aire los pilotos cansados” (en "Jetlags", 53), va rezando como un mantra, mientras viaja de un lado a otro, ya sin proponérselo, como si fuera la maldición de los migrantes el no poder detenerse nunca.

Yo he aterrizado tantas veces
y nunca pensé en traficar conmigo
una crisis mundial

(en "La trompeta del arcángel", 21)

A diferencia de los poemarios anteriores de Pastor, en Poemas para fomentar el turismo observamos una politización inminente de su discurso, fruto del acceso a la información que proporciona el contacto directo con “afuera”. La naturaleza lírica experimental, los juegos intertextuales y las remembranzas domésticas que sobresalen en Alabalacera (2006), El origen de los párpados (2008) y Candada por error (2009) se ven enriquecidos por esta naciente agudeza crítica que le permite observar y compartir la realidad social que la rodea.

Nos sentaron en la mentira de las cosas
que resultó un asiento muy incómodo
del que nos paramos con contestaciones
leídas a espaldas de maestros de creación literaria

(en "Los estudiantes", 57)

La franja de Gaza, la extinción de las abejas y las catástrofes ecológicas, Guantánamo, el Apartheid, protestas en Irán, la dictadura de Franco, las minucias de la economía transnacional, la amenaza pandémica, la trata de personas, el feminicidio y los movimientos ocupas del 2011 se entremezclan en sus versos, en una contienda campal donde la realidad del mundo se enfrenta a los enajenantes placeres intelectuales de la academia y a las seducciones del consumo:

Como en el poema épico del Bhagavad Gita,
Arjuna comprende que enfrentarse a lo que ama
es un deber ético para llegar a la justicia.

(en "Los estudiantes", 57)

En esa contradicción, precisamente, leo el hallazgo más luminoso de los textos de Poemas para fomentar el turismo. No es que Pastor haya abandonado el registro lírico que la caracteriza. Seguimos encontrando el affaire matemático de su “Flora numérica”: palíndromos, neologismos, intertextos y sumatorias desfilan en estos textos con su gracia habitual. Sin embargo, “siniestra”, decide asumir el enfrentamiento irremediable contra su genealogía:

Subo escaleras
quemo una casa
decido volar
hablo una lengua que no hablamos

(en "Siniestra", 38)

“Foto desechada que se despide / por el sudor del tiempo” (en "Tercer ojo", 40),“El amor es un privilegio de los que no leen / el periódico” (en "Pentágono", 34), se lamenta, como reconociendo que hay recuerdos o costumbres que no caben en ningún equipaje. Los viajes familiares a la Florida, los gustos heredados de las tías y la abuela, suvenirs de otros aviones, y una feminidad vanidosa que tiende a definirse sólo a partir de ciertos consumos culpables–“falda de mantel de picnic (...), jabón de algas (...), charol amarillo (en "Etiquetas", 32)---, quedan inevitablemente en tela de juicio después de los viajes y las huelgas estudiantiles.

***
Pero aquí no acaba todo. En Poemas para fomentar el turismo hay una coda final, un libro dentro de un libro. La última parte del poemario, Llámame Láctea, constituye una separata de ciencia ficción, como un transbordador espacial que se sale de su órbita. Después del fin del mundo pero “antes de los trenes” (en "Presagio", 67), Mara Pastor nos invita a imaginarnos migrantes o turistas en el espacio, en la luna, en otros planetas, tal vez presagio de un mundo que, amenazado por guerras y catástrofes termina extinguiéndose del todo, como las abejas que revolotean entre sus poemas.


8.2.12

mi calendario cubano:

10 de febrero
5pm, Centro Cultural Dulce María Loynaz:
Presentación de añosluz de Nicole Cecilia Delgado, por Mara Pastor
Presentación de Poemas para fomentar el turismo, por Nicole Cecilia Delgado

14 de febrero
12:00pm, Casa de las Américas, Foro Caribe, Escritura y Contemporaneidad
CONTRACULTURA EDITORIAL CARTONERA: La experiencia de Atarraya Cartonera en Puerto Rico
4:00pm, Centro Cultural Dulce María Loynaz, Encuentro de Jóvenes Escritores de América Latina y el Caribe
Lectura de poesía junto a autores latinoamericanos

16 de febrero
2:00pm, Pabellón Cuba
Foro debate "Tendencias, desafíos y derroteros de la poesía del siglo XXI"
Conversatorio sobre experiencias editoriales cartoneras y medios alternativos

sueños mojados

yo nunca he sido sonámbula, o por lo menos nunca había sido acusada de sonambulismo. pero esta semana hice mi entrada triunfal al mundo de los sueños en movimiento. resulta que en la casa hay muchos mosquitos que nos torturan el sueño cada noche. tengo un frasco de repelente junto a la cama para momentos de desesperación y piquiña. también duermo con un vaso de agua en la mesita de noche porque muchas veces a mitad de sueño me da sed y tomo agua. pero hace dos días me confundí. entre sueños y mosquitos, quise buscar el repelente y en su lugar agarré el vaso. y me tiré el agua en la cabeza. me desperté con el chorro y me dio un ataque de risa. para empeorar la cosa, anoche hablé dormida por primera vez: mis primeras palabras fueron: "¿jugamos a las momias?".

14.12.11

cuando mueren los amigos



Es raro, siempre he creído que uno nunca está listo para la muerte. Ni para la muerte propia, ni para la muerte del amor ni de las creencias, mucho menos para la muerte de los amigos. Ayer, lamentablemente vía Facebook, me enteré de la partida de una vieja amiga. Es raro, porque uno llama "amigo" a personas con quienes se relaciona de muchas maneras. Y es cierto que no todos llegan a ser verdaderos amigos. Reconozco que si no hubiera sido por el internet, los blogs, los chats y las redes sociales, probablemente nunca hubiera mantenido demasiada relación con Awilda Castro, pero le tenía un cariño especial. Desde ayer estoy recapitulando, porque con la muerte siempre surge la necesidad imperiosa de capturar al recuerdo para que no se escape, como si el recuerdo fuera vida. Sin quererlo las dos, siento que tuvimos importantes momentos en común y por eso me deja tan sorprendida y conmovida la noticia de su apenas muerte.
Hace exactamente diez años, en el 2001, el poeta guajano Vicente Rodríguez Nietzsche convocó, via El Vocero, a un junte de poetas jóvenes en Casa Aboy. Yo tenía 21, tal vez 20. Eran momentos álgidos en Puerto Rico. Era Vieques y todo lo que fuera "junte" se vivía con entusiasmo y dignidad. Para mí fue lindo, era la primera vez que Angel Pont y yo conocíamos a otros "poetas" jóvenes de la isla. Habíamos viajado desde Mayagüez hasta Santurce expresamente para responder a la convocatoria del periódico y no sabíamos qué iba a pasar. Pero pasaron cosas después de eso. Creo que a partir de ese momento muchos de mis contemporáneos dejamos de ser escritores solitarios o talleristas escolares. Yo por lo menos me empecé a tomar la poesía más en serio porque sentí que formaba parte de "algo". Ese día conocí, entre otros, a Yara Liceaga, a Guillermo Rebollo Gil, a Angel Matos, a Jeanette Becerra, a Ana María Fuster Lavín, a Raúl "Gorras" Morris, a Carlos Esteban Cana y a Awilda Castro. Luego empezamos a seguirnos la pista y a tomarnos en cuenta para la organización de eventos, lecturas, publicaciones. Fue Awilda quien, en 2002, empezó a organizar el "Colectivo en Tarima", una serie de lecturas sanjuaneras de poesía en el ya olvidado Enlaces Café, aquel bar lindísimo del Viejo San Juan que tenía una piscina en el mismo medio.
Después fueron los blogs, las migraciones. Media década antes de las redes sociales, los blogs -esos periódicos subjetivos y personales que muchos todavía insistimos en actualizar- constituyeron la tecnología que acortó tiempo y distancia y que facilitó la comunicación y el diálogo entre pares y contemporáneos, resignificando irremediablemente la noción que teníamos todos sobre la publicación y permitiéndonos ejercer lectura y escritura de manera participativa e inmediata. Entre el 2005 y el 2006 Awilda también formó parte del blog colectivo Derivas, -moderado por Axel Alfaro, Isabel Batteria y Raquel Albarrán-. Derivas fue un foro importante y activo en su momento; promovió el diálogo directo, la lectura de obra en construcción y la crítica de trabajo entre autores nuevos de nuestra generación, como Yolanda Arroyo Pizarro, Mara Pastor, Karina Claudio, Manuel Clavell o Xavier Valcárcel. La escritura en blogs nos permitió concebir a un Puerto Rico que, a pesar de las universidades norteamericanas de por medio, se iba esbozando en esa escritura pixeleada que generaba comentario, diálogo. Aún desde la nieve de nuestras migraciones, mucho después del fracaso de Vieques, había la sensación de que no estábamos solos y que la escritura, de alguna forma, nos mantenía juntos construyendo algo.
Digo esto porque mi relación con Awilda tuvo mucho que ver con eso. Me consta que su blog, "bolas de pelos" (2006), así como mi "rabietario" (2005) o el "ohdiosas" de Mara Pastor (2005), pudieron nacer sólo del frío, los aviones y de una necesidad de hacer un ajuste de saldos entre los interlocutores de escritoras puertorriqueñas recién migradas a los Estados Unidos. Awilda y yo, con bastante frecuencia, solíamos chatear por el MSN messenger acerca de la nieve en los suburbios gringos. Ella también encontró en la traducción una posible forma de vida y poco a poco fue integrándose a su condición de ciudadana norteamericana plena. Compró una casa en Pensilvania que reconstruyó ella solita, sembraba cosas, tenía gata y perra; publicó su primer libro, Loneliness Country, en Reading, PA, en edición blingüe y artesanal en el 2008 (ella también, igual que Yarisa Colón o que yo, aprendió a encuadernar y a hacer libros en Nueva York, con Tanya Torres). Empezó a participar de la escena poética anglófona de su nuevo pueblo blanco y así, junto con el paulatino silenciamiento del entusiasmo bloguero, fue desapareciendo poco a poco de lo que a inicios de los dosmiles parecía ser en Puerto Rico un movimiento (pienso otra vez, inevitablemente en Vieques). En el 2009 inauguró, sin embargo, otros dos blogs: el "Yellow Attic" y el "Borderline Journey", desde los cuales escribió sólo en inglés para una comunidad angloparlante que parece haberla recibido bien.
También desde las contradicciones de la migración, Awilda siempre fue un ser político y solidario; tanto su poesía joven como su escritura posterior lo confirman. En Estados Unidos se integró a los movimientos pro-migrantes, participó activamente de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ y escribió dignamente sobre pacientes de enfermedades mentales. También estaba escribiendo una novela y había un proyecto de un segundo poemario, Sepia, que creo nunca llegó a publicar. Hace poco me sorprendí de ver que la habían incluido en una antología publicada por la editorial bolivariana El perro y la rana como parte de la generación de poetas puertorriqueños de los 90s y me alegré mucho, justo porque hace tiempo que de ella se oía muy poco.
Awilda murió ayer. No sé por qué ni cómo (tal vez sea mejor no saberlo). Hace cerca de dos años que no tenía comunicación directa con ella, creo que desde que dejé de usar el MSN messenger con regularidad o de leer blogs como fanática durante los inviernos nevados de mis años en EEUU. Irónicamente fue la red social de Facebook, fenómeno tecnológico que ha desplazado a los blogs en los últimos años, quien me enteró de la noticia. Su muro se llena de mensajes en inglés de sus amigos de Pensilvania (quienes por cierto, han mostrado gran afecto y solidaridad hacia Awilda), como si después de la vida tuviéramos acceso todavía a nuestras contraseñas digitales. Ahora me puse a leer sus poemas por internet, a releer su blog, a buscarla de a pedazos en la memoria, porque siento que con ella también se va otra cosa que hace tiempo quizá ya se había ido, no sé qué. Pienso en las muchas formas de olvido a las que estamos vulnerables y expuestos. No quiero olvidar a Awilda.

http://bolasdepelos.blogspot.com/
http://yellowattic.blogspot.com/
http://borderlinejourney.blogspot.com/
http://www.enlaorilla.com/author/awilda-castro/
http://www.derivas.net/author/awildacastro/

12.12.11

hacia dónde pintas

una de las razones por las cuales me gusta ciudad de guatemala es porque las paredes hablan. no es bonito pero leo que la ciudad está viva, que su gente está despierta y está alerta y hace y dice cosas. y aunque también la censura dice, acto seguido sucede la respuesta. por todas partes. ya nadie calla. inhóspitas borraduras y declaraciones de amor en marea constante. día sobre día, aerosol sobre aerosol, pintura sobre papel. guatemala está viva y las paredes hablan:







9.11.11

LA TAROT



Arcanos Mayores
ORÁCULO
soñado y dibujado por
Nicole Cecilia Delgado

Impreso en Taller Leñateros
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 2011

26 serigrafías en lata / 100 ejemplares

Este Oráculo nació a partir de un sueño iniciático donde dialogaban todos los magos y las brujas que me leyeron antes las cartas del tarot y la baraja, los duendes que me enseñaron la magia del dibujo y el azar de la escritura y los artistas que a lo largo de la Historia han vuelto a inventar estos personajes y paisajes sin edad. La numeración de los arcanos reproduce el antiguo orden del Tarot Egipcio. Cada carta tiene su aliento mágico único y el significado adivinatorio no está escrito en ninguna parte.

Confluyen en estas cartas las enseñanzas de todos mis maestros y todas mis diablas: la baraja española, el Tarot de Marsella, el I Ching, el tai chi, el temascal mexica, el Abuelo Fuego, las plantas de poder, el calendario maya, el Principito, Alejandro Jodorowski, Vicky Noble, Osho, Rider-Waite, Néstor Barreto, Rafi Trelles, Lorena Illoldi, María Tabares, César García, Emilio Toledo Moguel, Miriam Libertad, el gran Chechén, Anaïs Vignal, Javier Norambuena, Elisa Montesinos, Ximena de Tavira, Elena Vela y Munda Tostón.

AHORA USTED PUEDE GIRAR LA RUEDA DE LA FORTUNA.
SIGA SU INTUICIÓN... JUEGUE BAJO SUS PROPIOS SUEÑOS.


***Disponible en Taller Leñateros o por pedidos directamente con la autora. Favor de visitar el Taller (Flavio Paniagua, entre Diego Duguelay y Vicente Guerrero, San Cristóbal de las Casas, Chiapas), o enviar un mail a nicolececilia@gmail.com para reservar su copia.

10.11.11


15.9.11

arcanos mayores

Cuando quise aprender a leer el tarot me di cuenta de que muchos de los arcanos respondían a arquetipos culturales con los que me resultaba difícil identificarme. No precisamente con los arquetipos, que suelen ser como estados de nuestra psiquis que se manifiestan en distintos momentos de la vida, si no más bien, con los nombres que tenían y las formas en que estaban representadas. Figuras como el emperador, el hierofante, el heremita y la sacerdotisa me resultaban lejanos, ajenos a mis referencias culturales y mis apegos. Por terquedad, y para poder acercarme un poco más a cada uno de los arquetipos, me di a la tarea de dibujar mi propio tarot, con nuevas formas y nuevos nombres, imitando a tantos artistas que han hecho lo mismo a lo largo de la historia. El resultado fue una serie de 22 arcanos mayores ingenuamente dibujados a lápiz sobre unas tarjetitas burdas, casi cuadradas. No tenía la intención de reproducir nunca estos dibujos. Eran un estudio personal, una búsqueda ociosa que inició en un momento en el que me sentía urgida, impaciente, apresurada por conocer el "futuro". Fue un proceso delirante, porque la energía de cada arcano se metía en mi casa a medida que los iba trabajando, apoderándose de mi personalidad y mis estados de ánimo. Una de las cosas más curiosas que sucedió durante esos días es que en las macetas de mi casa empezaron a salir cantidades improbables de tréboles de cuatro, cinco y seis hojas. Sin duda, me había puesto a jugar a manos llenas con los misterios de la suerte. Después engaveté los dibujos durante dos años. Corrían el riesgo de que la humedad y las goteras de las Casas de San Cristóbal arruinaran el trabajo. Pero un día vino Ambar Past a visitarme, se desplomó en la hamaca de mi casa y entre chistes dijo que de ahora en adelante se iba a dedicar a leer el Tarot en el jardín de su casa. Fue entonces cuando recordé mi tímida investigación tarotera y le mostré las tarjetitas. No sé cómo, pero al cabo de pocas semanas me encontraba en su casa puliendo los dibujos y empezando a pensar, bajo su mentoría, una forma adecuada para diseñar un juego de tarot que se pudiera reproducir en serigrafía e imprimir en Taller Leñateros. ¡Pura Magia de la buena! Siempre quise estar en el taller de serigrafía de Leñateros aprendiendo a imprimir cualquier cosa, nunca imaginé que un trabajo mío, mucho menos esos dibujitos misteriosos que sirven para jugar a los oráculos. Sueño hecho realidad. Debo confesar que ya no consulto el tarot, o lo consulto muy poco, tal vez por que lo respeto más. Pero estoy dejando que la vida me sorprenda día a día, sin pedirle mucho. Las cartas nunca me advirtieron esto; tal vez habría que añadir al juego una carta especial que se llame "El leñatero", para hablar de esos ayudantes mágicos que se aparecen en la vida inesperadamente. Ahora estoy bajo su influencia.

tallernautas






































Desde hace dos meses "heredé" un taller literario que estuvo dirigiendo  Ximena de Tavira aquí en San Cristóbal de las Casas. La misión era hacer un proyecto de libros hechos a mano con el grupo de escritores que Ximena tallereó durante más de un año. Encontré en el taller a grandes escritoras/es, con una serie de textos previamente trabajados, listos para convertirse en libros. Pero había poco tiempo (y poco presupuesto) para diseñar y producir la edición de 5 libros. Así que decidí recurrir a la infalible metodología cartonera de edición. El resultado fue la producción de una colección de libros pequeñitos muy artísticos (15cm X 11 cm), en donde todos los materiales utilizados fueron confeccionados por los autores: tapas de cartón, guardas pintadas con esmalte de uñas y pintura de aceite, y portadas impresas con sellos hechos con sopa de letras (utilizando la famosa técnica de "chanclagrafía", inventada por Ambar Past y los Leñateros). Los libros de la colección Tallernauta Cartonera son: Extraviada, de Genoveva Pignataro (Argentina), Sur desterrada, de Nora Murillo (Guatemala), Contracturas, de Jenny González (Tuxtla Gutiérrez), La tía Nela, de Matorras Juste (España) y La sensación de ser, de la mismísima Ximena de Tavira. Finalmente añadimos un sexto libro a la colección, El eco de las formas, escrito por su servidora, porque los tallernautas me pidieron que también incluyera en la colección un libro mío. Ha sido  divertido y enriquecedor trabajar con los tallernautas, a quienes admiro y respeto profundamente.

Los libros se presentarán el 23 de septiembre a las 3:00pm en Tuxtla Gutiérrez bajo el marco del 1er Festival de Libro Alternativo y el 30 de septiembre en la biblioteca del Arco del Carmen en San Cristóbal de las Casas a las 6:00pm.

7.9.11

lecciones chinas

dice el tao:
sólo un cuenco vacío puede llenarse

por eso
no volví a visitar al hombre rubio que vive junto al río
aunque juntara leña y preparase sopa
y me abrazara de noche en otro idioma

por eso dejé de buscar el azar
que me llevara a encontrarme por azar con mi vecino
aunque él tuviera el pelo largo, un perro
y me regalara flores

por eso ya no sonreí a los músicos, los artesanos
aunque el pueblo se llenara de viajeros hermosos cada jueves
y la noche estuviera abierta
y alguno de esos hombres
quisiera cocinar el desayuno del viernes
en mi casa

por eso no volví a levantar vagabundos en la calle
hombres-luz con los ojos heridos de viento y los zapatos rotos
hombres que dibujaban transeúntes en una libretita
hombres vagabundos empuñando una gubia
silbando hojas muertas en el parque central
hombres vagabundos que me sedujeron tanto

por eso quemé mis diarios y destruí el deseo inconcluso
que me ataba a los hombres que no me hicieron caso
ellos también ocupaban demasiado aire dentro de mí

por eso dejé de atragantarme de culpa o desamparo
y dejé que se fueran por fin
los hombres que hace tiempo se habían ido
su fantasma con eco
su cola de cometa muerto
su viejísimo reclamo fermentado

ya no quise
ya no pude
piel de albergue
corazón de alcohólicos anónimos
filántropa burguesa aventando carne a los perros con sarna

cerré por remodelación el cántaro
los eché (dificultosamente) a todos de mi casa
crucé mis piernas transitadas en forma de loto marchito
escuché por fin mi vulva silenciosa
reconstruí mis dientes y dormí
toda la noche

sólo entonces
mi cuerpo vacío
fue bello
nuevamente

deme té

Para Eric y Úrsula

viajamos en alfombra voladora
al mundo de todo lo posible
no entendí su lengua ni su ruido
la textura del aliento me llenó los ojos
me jalaron de los pies y de las manos
hacia los extremos del horizonte
(donde llega toda la fe perdida)
allí los dioses son muchos
y bailan constantemente
la Realidad tiene una puerta sin llave
y sin camino

30.6.11

vida retirada en el pabellón del bosque

El pabellón solitario en el bosque
no es más que un pedazo del campo abierto:
no hay aldaba en la puerta
ni huéspedes que llamen a ella.

Por encima de la cerca pasan cada anochecer
unas jarras de vino delicioso
y la persiana de mi alcoba
se extiende hasta el nido de golondrinas en el techo.

Por la colina llena de flores y hierbas pasa ligero el viento
mientras en lo alto de las ramas del cerezo en flor
cuelga la luna clara entrecubierta de nubes.

Ya sé que habrá en la primavera
más luz para iluminar mis versos y mis pinturas;
mas para no deshacerme de este lánguido solaz,
tiré lejos hasta mi pluma y mi tintero.

SIN-WI (S. XVIII-?)
(o San Cristóbal de las Casas 2011)

27.6.11

Un poema de Elena Salamanca

Ejercicio mientras sirven la cena: Novia inconclusa

Yo fui una novia inconclusa.
Me regalaron flores
que nunca olí.
Alguna abeja venenosa, adentro de la flor, podía picarme.
Y yo,
alérgica,
no quería morir de amor.

Elena Salamanca, El Salvador, 1982: http://huelvelena.blogspot.com


*
Exercise while dinner is served: the unfinished bride

I was an unfinished bride.
They gave me flowers
which I never smelt.
A poisonous bee inside the flower could’ve stung me.
And,
allergic me,
didn’t want to die for love.

Traducción por/Translation by Nicole Cecilia Delgado + Tom Slingsby

12.6.11

notas sobre notas sobre el fin del mundo

Notas sobre el fin del mundo es un libro que se destruye a sí mismo. Ya en el Bestiario del perro, libro publicado en el 2009, René Morales había preparado el terreno para la destrucción de éste, su poemario más reciente: “es aburridísimo preocuparse por el tiempo, no puede haber oficio más mierda”, escribe en su poema NO TENGO PRISA ANTE LA ÚLTIMA LLUVIA. Pero el tiempo apremia y la preocupación por el mismo es una característica inevitable de nuestra realidad.

Frente a los ruidosos discursos acerca de las profecías del 2012, el poeta chiapaneco se ve urgido a bosquejar sus propias profecías. Sin embargo, conscientes de que -haciendo eco de uno de los versos del autor- “toda predicción acerca del fin del mundo habrá fallado o se habrá quedado a kilómetros de la realidad”, los poemas de este libro pueden leerse como una serie o juego de antiprofecías en las que lo único que desaparece de la faz de la tierra es la humanidad. Luego el resto de los seres quedan suspendidos en un tiempo que no transcurre, porque ha desaparecido la única especie empeñada en llevar la cuenta.

Así mismo, con cierto afán ordenador, René divide su poemario en cinco partes o “tiempos”, llamados respectivamente: “un día antes del fin del mundo”, “un segundo después”, “pormenores apocalípticos de un viaje al centro de la tierra”, “textos sobre residuos orgánicos infecciosos” y “el triunfo de los justos”.

El lenguaje de la poesía de René Morales es, en principio, simple y cotidiano. En sus versos pastan las bestias, sale el sol (“espléndido”), se descompone la carne, los perros merodean las sobras. Su poesía es breve, directa, honesta, carente de pretensiones intelectuales. En los versos de Notas sobre el fin del mundo todo parece estar quieto, detenido en una imagen que salta a la vista cualquier día de la semana. Pero a partir de esa sospechosa quietud que se detiene en sus poemas, la cotidianidad se convierte ella misma en el augurio de la destrucción (que se repite). Y la calma se transforma en asco, en desesperanza y el lenguaje toma la voz de una putrefacción post-mortem, llena de moscas y de aves de carroña, ante la cual la única salida es el destierro.

Pero, si el libro se destruye a sí mismo, ¿qué sobrevive? El fin del mundo es un pretexto para que el autor despliegue su nihilismo y lleve a cabo, al menos metafóricamente, la “larga lista de asesinatos que [ha] deseado”, perdonándole la vida solamente a la hierba, a los pájaros, al “viento acariciando el pelaje de las yeguas”: una naturaleza que existe a pesar de las profecías porque desconoce el tiempo.


lo grave

de súbito, como una granizada, ya no me gusta tanto San Cristóbal de las Casas. todo me parece frívolo, como una puesta de teatro demasiado cínica. alimentos orgánicos, hortalizas, maestros yoguis, bicicletas y hermosas calles peatonales llenas de viajeros y de mayas ahora no son suficiente porque no son la realidad del mundo (aunque cerca de aquí existe un lugar mítico que así se llama, La Realidad). aquí no hace falta mi trabajo porque todo está hecho. aunque creo que el vacío lo tengo adentro y lo grave es eso.